Desde que fichara por la entidad culé en el verano de 2007, Thierry Henry no ha demostrado ni la mitad del fútbol que enamoró a los aficionados del Arsenal durante su estancia en la Prmier League. Al francés no se le ve feliz en el Camp Nou. No ha acabado de congeniar con la grada, y siempre aparece en un segundo plano en lo que a acaparación mediática se refiere, muy por detrás de otros compañeros actuales como Messi, Ibrahimovic o Iniesta, u otros que ya no están como Ronaldinho o Eto'o.
NO HA DADO LA TALLA
Y claro, el no ser el centro de atención pues ha hecho que el francés se haya dejado llevar en ciertas ocasiones, mostrando un nivel de juego vergonzoso para la categoría de jugador que se presuponía que era. De eso ha sido consciente Guardiola, cuyo objetivo para este último verano no era sólo el de vender a Eto'o, sino que si se podía soltar lastre con el francés, pues mejor que mejor.
Por ello, la secretaría técnica ha manejado a lo largo de los meses estivales una serie de nombres para sustituir al galo, pero, no han conseguido convencer a nadie. Robinho, Mata, Silva, Arda Turam o Robben son algunos de los nombres con los que el Barcelona ha estado negociando estos últimos meses, y de todos ellos se ha llevado calabazas de sus respectivos clubes de procedencia.
SU ÚLTIMA TEMPORADA DE BLAUGRANA
Lo que parece claro con esto es que podemos estar ante la última temporada de Thierry Henry vestido de azulgrana. Un periplo de tres temporadas en las que no ha mostrado su nivel, y que sólo ha dejado destellos ante equipos de las zonas media y baja de la tabla. Además, su papel en la última Champions fue irrevelante. En definitiva, un auténtico pufo el que le vendió el Arsenal, y otra "gran inversión" del señor Joan Laporta.
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