El principal problema con el que se va a encontrar el conjunto inglés no va a ser a predisposición del Valencia para vender al jugador, sino el precio en el que se ha valorado. El extremo está siendo uno de los mejores jugadores con la "roja" y el equipo "ché", sabedor de sus cualidades, quiere aprovechar el buen momento de su futbolista para hacer caja. Por eso, si el Liverpool quiere hacerse con sus servicios, antes tendrá que pagar 32 millones de euros.
Rafa Benítez deberá usar sus mejores técnicas de persuasión para que los co-propietarios del Liverpool, Tom Hicks y George Gillett accedan a desprenderse de dicha cantidad para comprar al jugador. Sin embargo, el técnico madrileño es consciente de que las arcas de su actual equipo no están pasando por un buen momento, y la operación será complicada.
De momento, la única opción que le queda a Benítez es la negociación con su ex equipo, y por ello está estudiando la manera de abaratar el traspaso o incluso la opción de una posible cesión del joven jugador de tan solo 22 años. En este caso, el Valencia tendrá la última palabra.
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