¡Ni se miran!





Tanto tirar de la cuerda, ésta se va a terminar rompiendo. Por un lado el club azulgrana ya ha asegurado que no cuenta con Ronaldinho, su entrenador Pep Guardiola fue la cabeza de turco elegida para hacerlo público el día de su presentación. Pero el brasileño ha hecho oídos sordos y ha saltado a escena asegurando que todavía tiene contrato vigente con el club catalán y que no tiene por qué moverse de Barcelona.

Sin duda unos y otros están jugando un pulso de posiciones enquistadas. Pero la prueba de que la relación entre la directiva azulgrana y Dinho son nulas se produjo el pasado jueves. Beguiristain había viajado a Brasil para intentar sondear el mercado y preguntar por jugadores como el medio centro del Sao Paulo, Hernanes, y el central del Palmeiras Henrique. Además, Txiki decidió viajar hasta Belo Horizonte donde la canarinha se midió a Argentina. Allí esperaba ver las evoluciones de la estrella barcelonista Leo Messi y del nuevo fichaje culé, Dani Alves.

Pero el director deportivo del Barça se encontró con la sorpresa de que Ronaldinho se encontraba en uno de los palcos del estadio, justamente acompañado por el defenestrado por la directiva culé, Sandro Rosell. Sin caer en falsas simpatías, Txiki no hizo ni el más mínimo amago en acercarse al que hoy por hoy sigue siendo jugador barcelonista ni al ex directivo. De hecho, evitó tener que cruzarse con ellos saliendo antes del estadio.

Pero por si toda esta mezcolanza vivida en el Mineirao fuera poca, además estaba allí Jose Morinho, que pretendía seguir de cerca a varios de sus nuevos jugadores interistas, como Zanetti, Maicon o Julio Cruz. Tras el desencuentro y polémica surgida entre el entrenador portugués y el club catalán en los últimos días, asegurando y desmintiendo unos y otros que había interés en unir sus destinos, Mourinho también se mantuvo al margen de Beguiristain, a pesar de tenerlo a pocos metros de distancia en la grada.