Los medios alemanes ya tienen un culpable por la derrota ante España. No, no es el peripatético fútbol desplegado por su Selección, o la mala baba de sus jugadores, que en cuanto perdieron el balón de vista mareados por los bajitos españoles se dedicaron a pegar palos sin que ninguno de ellos fuera expulsado. El culpable es... Roberto Rosetti, el colegiado de la final.
La pataleta alemana es, sencillamente, demencial. Los medios denuncian, amparados en los pitos que los aficionados alemanes dedicaron al trencilla cuando éste recogió la medalla al final del partido, braman culpando al colegiado por no señalar la mano involuntaria de Capdevila en un despeje, o que no expulsó a Silva por rozar con su frente la de Podolski. Eso sí, de la somanta de estopa que repartió Ballack no dicen nada de nada, igual que de la tarjeta que se llevó Casillas en un rifirrafe iniciado por el del Chelsea.
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