Los supositorios culés de la semana

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1. Justificando las contradicciones culés

Rosell no hizo otra cosa que coincidir con la mayoría de honestos aficionados que piensan que el fútbol está en una peligrosa involución. El presidente lanzó un aviso a navegantes en rigurosa coherencia con la ejemplaridad de su entrenador y del vestuario. Rosell prefiere los hechos a las palabras y cuando dijo que al final de temporada hablaría, estaba diciendo que actúa a la sombra para liquidar el modelo de juez único. Se le reprocha que no habla, pero quien debería hablar es Florentino por su mal perder, por consentir al acosador de parkings y a Pepe por ensuciar el aprendizaje de los pequeños.

Respuesta del Infiltrado: Ya lo dijo el otro día Callejón: "Yo pensaba que el Barcelona no hablaba de los árbitros". Pues ahora va a resultar que las palabras de Rosell en las que criticaba veladamente a los colegiados y buscaba influir en ellos (algo que consiguió como se vió en Mestalla) están en concordancia con la filosofía culé. Al parecer, para criticarlos hay que nombrarlos, por lo que el presidente barcelonista no ha dicho nada malo. De locos, aunque es muy propia del barcelonismo eso de lanzar la piedra y esconder la mano, disfrazando el veneno que sueltan con buenas palabras. En cuanto a lo de Florentino, el presidente merengue hace tiempo que se dio cuenta de que el tema colegiados es un tema que queda para los responsables deportivos del club. Callándose demuestra todo el señorío que le falta a Rosell.

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2. Volviendo con la política

De momento, Florentino Pérez ha logrado un gol muy importante, el jefe del deporte, el ministro, es un ultra del Real Madrid declarado, se trata de José Ignacio Wert. Basta repasar su historial y sus escritos para pronosticar que el Barça no lo va a tener fácil con él, aunque bien es cierto que de poco le sirvió que el ex presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero ejerciera de barcelonista. No pisó ni una vez la LLotja del Camp Nou. En cambio, de nuevo, el palco del Bernabéu se ha quedado pequeño para albergar a tantos pesos pesados del Gobierno de Mariano Rajoy al que le tiran los colores blancos, aunque ejerza de gallego con el Celta y el Deportivo.Queda la incógnita del nuevo Secretario de Estado para el Deporte, de Miquel Cardenal, quien extraoficialmente se declara como un león, como un seguidor del Athletic, al haber nacido en Bilbao. Lo que sí es cierto es que mantiene una excelente relación con Ángel Villar.

 

Respuesta del Infiltrado: Tal y como lo dicen aquí, parece que Florentino ha ordenado la designación de Wert como ministro. Pero al meollo: con este artículo los lloriqueos han llegado a su máxima expresión, pues poco menos que auguran años muy duros para el Barcelona por el simple hecho de que el PP ha ganado las elecciones. Como si la política ganara títulos. Lo mejor de todo es que ataca al Madrid acusándolo de tener buenas relaciones con el actual Ejecutivo y niega que el Barcelona se aprovechara de lo mismo. Incluso llega a decir que Zapatero no pisó el Camp Nou. Pues al ex presidente bien que se le vio levantando alguna Copa de Europa culé, a pie de campo. A lo mejor es que el problema estaba en que el entorno barcelonista no veía bien que un presidente español se sintiera culé y se pasara por el estadio...

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3. Por vender optimismo, que no quede

La Liga está difícil, sí, pero no imposible. Lo que ha perjudicado al Barça, y lo comentaba en el inicio de la temporada, son los empates. "Ganará la Liga el que menos empate", dije, intuyendo que los dos grandes iban a perder poquísimos partidos y se aprovecharían de los empates del contrario para liderar la clasificación. En esta segunda vuelta, el Barça debe volver a coger el ritmo del inicio de temporada y tiene como obligación sumar todos los puntos que quedan. El Real Madrid es difícil que pierda, pero puede dejarse algún punto en campos complicados como El Sadar, el Vicente Calderón o San Mamés, empates que debe aprovechar el Barça para poder adelantarle en la clasificación. Si esto sucede, y el Barça gana al Madrid en el Camp Nou, podremos hablar de que los culés otra vez son campeones.

 

Respuesta del Infiltrado:  Al técnico y ex jugador barcelonista Víctor Muñoz le puede el corazón. Tanto que ha dejado atrás su lógica de entrenador y ha hecho unas cuentas un poco sorprendentes para darle la Liga a su Barça. Por poder, claro que puede. Otra cosa es que lo consiga, porque las estadísticas son muy claras. Mister Chip ya dijo hace unos días que el Real Madrid tiene un 88,8% de ganar la Liga. Esto es lo único que vale, no las especulaciones sobre los empates que puede ceder el equipo que está demostrando ser el mejor. Si el Barcelona quiere tener opciones no puede ceder ni un punto en lo que queda de campeonato y eso suena a Ciencia Ficción...

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4. Las comparaciones Pep-Mou no cesan

Es difícil pero es posible. El Barça de Guardiola está muy vivo en las tres competiciones después de haber ganado todo lo que había que ganar en la última temporada. El Madrid se ha escapado en la Liga pero está fuera de la Copa del Rey y tiene las mismas posibilidades de avanzar en la Champions. Mou ya descartó la Copa como trofeo menor cuando vio que se tenía que cruzar con Guardiola antes de la final. El Barça ha de hacerse a la idea de que no puede perder un solo partido si quiere acabar de líder. En eso están el técnico y los jugadores. Lo que deben procurar es exhibir un fútbol de excelencia. No veo a Pep esperando como un matón al árbitro en la oscuridad de un garaje al filo de la medianoche.

 

Respuesta del Infiltrado:  Ahora resulta que el Madrid tiró la Copa del Rey porque se veía incapaz de ganarle al Barcelona. Pues para jugar sin muchas ganas, buen baño que le dio al conjunto catalán en su propio estadio. Por eso no es de extrañar que le pidan a su equipo lo de jugar un fútbol de excelencia, porque hace muchos meses que no disfrutan de él en Barcelona. Lo que es menos entendible es la pullita a Mourinho en el comentario sobre lo de esperar al árbitro en el garaje. Ya quedó claro que el portugués estaba esperando a sus jugadores y se encontró con el colegiado, momento que aprovechó para decirle con razón que su actuación había sido penosa. Nada fuera de la lógica y de lo normal, pues el árbitro aceptó los reproches sin decir nada. Sobra, por tanto, esta referencia al portugués sin venir a cuento, aunque ya sabemos que la 'mourinhitis' está muy extendida por la prensa catalana...

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5.  Doble moral a la vista

Vamos a ver, cómo puede ser que la actitud del técnico portugués sea ignorada por las partes implicadas. Esto solo pasa en el fútbol español. El árbitro, Teixeira Vitienes, fue tan cobarde que fue incapaz de redactar un anexo al acta del partido contando lo sucedido. El Comité Técnico de Árbitros tampoco tomó la iniciativa de denunciar la provocación. Y, por supuesto, el Comité de Competición ha mirado hacia otra parte como si actuar de oficio fuera un pecado. Tristemente hay que reconocer que la estrategia de Mourinho de presionar a los colegiados funciona. Tiene bula. Actúa con premeditación y alevosía. Sienta un precedente grave. De la misma manera que Guardiola está orgulloso del comportamiento modélico de su equipo, Mourinho exige todo lo contrario, que los jugadores presionen a los árbitros y los dejen en evidencia. La maldad gana a la bondad.

 

Respuesta del Infiltrado: Otra vez vuelven a criticar a Teixera por lo del acta, pero sin decir que la misma tenía errores con los que se beneficiaba al Barcelona. Ni tampoco recuerdan los tres penaltis no pitados ni las dos amarillas que debió ver Messi y que se comió el colegiado. Tampoco se meciona que Piqué no fue sancionado por forzar claramente una amarilla para poder jugar en el Bernabéu. Todo eso no interesa decirlo. Es mejor vender el cuento del supuesto favoritismo al Madrid. Pero esto no es lo peor. Lo peor llega al final, con la demagogia barata sobre la maldad y la bondad, como si el Barcelona fuera la encarnación del bien. De chiste, porque este artículo llega después de que Messi criticara duramente a los árbitros tras el Villarreal-Barcelona o de que el propio presidente culé los presionara de manera sibilina. Es lo que se llama doble moral. La culé.