Ahora que ya estamos en semifinales -salvo un milagro en el que no confían ni los más optimistas del fútbol- tan solo nos quedan dos partidos para colocarnos en una final de las que hace tiempo que no jugamos. En Champions, no nos engañemos, el rendimiento del Real Madrid está siendo de campeones y salvo el Bayern con su inteligente estrategia de desarmar a los equipos con los que comparte nacionalidad y con un Guardiola tocado por la gracia de Dios desde que nació, parece ser que si Simeone quiere, pocos más nos pueden plantar cara este año. El Barça sin Piqué y sin Valdés lo tiene más complicado de lo que parece en un Calderón que será un horno siempre que no se cuele algún árbitro en la fiesta.
¿Y la Copa? No olvidemos que la única final que ha enfrentado al Madrid y al Barça en los últimos años, nos la llevamos nosotros a la ‘butxaca' con gol de Cristiano y Pinto de portero, por cierto. Por eso este año tenemos otra oportunidad de oro de para enterrar el tropezón liguero. Que quieren que les diga, no seré de los caen en la fábula de la zorra y las uvas, ya saben, aquella que dice que están verdes cuando no logra alcanzarlas, pero perdóneme que les diga: ¿Alguien se acordaría de esta Liga si el Madrid le gana la Copa en una final y si damos el ‘Do de pecho' en Champions? Me imagino que algún valiente irá a Canaletas, pero no lo hará con la cabeza bien alta.
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Y mientras tanto en Can Barça las desgracias vienen una detrás de otra. Sin embargo, su directiva cree tapar los desastres con reformas urbanísticas innecesarias para que entierren los verdaderos problemas que sufre este club. Pero lo más lamentable de la situación no son los hechos en sí mismos, sino la falta de crítica y de protesta que manifiesta parte de su afición y su prensa ¿Alguien se ha planteado que las afirmaciones de la FIFA sean verdaderas? ¿Alguien se ha cuestionado qué costó realmente Neymar? ¿Alguien se pregunta por qué Messi tuvo que pagar a Hacienda quince millones de euros? No: Lo de la FIFA es una manía que nos tienen unos tipos a los que llamamos ‘la mano negra', lo de Neymar es que los jueces y fiscales son del Madrid y lo de Messi le puede pasar a cualquiera y le recibimos con aplausos en la puerta de los juzgados. Esta es la respuesta que la prensa y que parte del respetable del Barça, con pancarta incluida -"La masía no se toca" rezaba- ofrecen al mundo. Pero en este país hace tiempo que los que fallan, corrompen y fracasan en su puesto directivo no dimiten. Y lo más grave de todo esto no es que un Presidente no decida largarse, sino que los socios de un club, responsables y propietarios del mismo, no se alcen ‘en armas' contra aquellos que están destrozando su imagen. Allá ellos, mejor para nosotros, nunca pensé que después de Laporta pudiese venir alguien todavía peor.
Por esto este año tenemos una oportunidad única para demostrar que somos un equipo serio dentro y fuera del campo. Porque hemos tenido que aguantar durante los últimos años lecciones de moralidad, ética y buen comportamiento por parte de los que ahora, tanto la justicia española -Audiencia Nacional incluida- como futbolística, les están leyendo la cartilla por sus infracciones. Ha llegado la hora de demostrar porque hemos sido un ejemplo siempre durante todos estos años, tanto en títulos como en valores. Porque los que presumían de valores son los mismos que ahora esconden la cabeza como los avestruces. Decía Demócrito que: "Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa". Se acabaron las tonterías, ahora empieza lo serio y esta vez no podemos fallar.
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