Gracias y hasta siempre, Don Alfredo

Cierto es que Don Alfredo estaba pasando un momento extremadamente delicado de salud, pero también he de confesar que estaba convencido que lo superaría como lo había hecho en otras ocasiones. Se trata de una de esas personas que siempre has tenido cerca desde que eres pequeño, por mi edad era casi como un abuelo. Di Stéfano era el abuelo del Real Madrid y, la verdad, nunca puedes imaginar que el abuelo se vaya a marchar.

Y es que Don Alfredo siempre había estado ahí, en los momentos duros y en los grandes momentos, apoyando y animando y brindándonos su experiencia para mostrarnos el camino. Tal y como hacen nuestros abuelos desde que nacemos, pero con ese punto extra de cariño que sólo los mayores, los que lo han vivido todo, saben hacer.

Pero cuando menos te lo esperas, y a pesar de que los años fueran pasando para Don Alfredo y todos nuestros abuelos, llega un momento en el que se marchan para siempre. Es un dolor indescriptible y una sensación de amargura recorre todo el cuerpo poniéndote la piel de gallina al darte cuenta que no le podrás ver nunca más, que ya no te acompañará en los éxitos y que no te podrá abrazar cuando la derrota sea tu compañera.

Sin embargo, cuando esa sensación ha recorrido todo tu cuerpo, tu mente reacciona. Te hace ver todos esos días de alegrías que has vivido con los abuelos y todo lo que te han enseñado y lo que han trabajado para ser como somos. Es, sin duda, el momento de recordar todo lo bueno que hizo Don Alfredo por nosotros y por el Real Madrid y gritar a los cuatro vientos: ¡Gracias y hasta siempre, Don Alfredo!

Puedes seguir a Iñaki Gimeno en Twitter: @igimeno
Puedes seguir a Defensa Central en Twitter: @defcentral