Primero Ancelotti, y por extensión el presidente, confiaban en los que se quedaba en la plantilla. Que la versatilidad era una de las características principales de los jugadores del Real Madrid. Nadie dice lo contrario, pero en una temporada en la que juegas hasta seis competiciones -contando con las dos ya terminadas- te arriesgas a que pase lo que ha ocurrido. Que haya lesiones.
La ausencia en el próximo mes y medio de Sami Khedira es un hándicap con el que va a tener que convivir el cuerpo técnico del equipo. Si el alemán se presentaba como recurso número uno para sustituir a Xabi -cuando no elija a Isco o James -, protegiendo la creación de Kroos y Modric, ahora hay que pasar al plan C. Un plan que no es otro que el futbolista heredero de Alonso, Asier Illarramendi.
Pero claro, no hay más. Si por algún casual -Dios quiera que no- causa baja alguno de los jugadores que rondan la galleta central, no hay más recursos. Un mal gesto, un mal movimiento, o incluso una sanción, volverían a poner en jaque la actitud del club en el final del mercado de fichajes. “Tienen que encontrar un sustituto para Xabi” se decía.
Hay un derbi a la vuelta de la esquina, hay que defender un título continental y hay un esfuerzo físico que tendrán que acumular determinados jugadores de la primera plantilla en las próximas semanas. Ya fueron 19 convocados contando con el canterano Raúl de Tomás a San Sebastián, así que, Florentino, cruza los dedos para que tus jugadores no se ‘constipen’ con el virus FIFA.
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