Con un partido que se estaba yendo a la historia negra del baloncesto español, Juan Antonio Orenga no tuvo la aptitud de buscar alternativas a un bochorno que nadie esperaba sufrir tan pronto… o nunca. Con Marc Gasol e Ibaka como opciones nulas para complementar a Pau en la pintura, el seleccionador negó la oportunidad a Felipe Reyes, un jugador que le sobran demostraciones para ganarse minutos en pista.
Sin embargo, no solo es ya en el difunto partido ante Francia, sino durante todo el Mundobasket donde se ha visto la -no justificada- poca confianza de Orenga con el ala-pívot del Real Madrid. Los llamados minutos de la basura fueron parte del currículum de Felipe Reyes a lo largo del campeonato, y porque España tenía tan alto nivel que podía permitírselo.
Ni mucho menos pido la titularidad de Reyes. Pau, Marc e Ibaka son jugadores de élite mundial y principales espadas en la NBA y, por tanto, prioritarios para cualquier entrenador en la rotación de su equipo. Lo que creo es que se le debió dar más opciones al cordobés. Por un lado por el propio carácter y lucha bajo los tableros, y por otra, para que no ocurriese lo que pasó: llegar al momento clave con jugadores inoperantes, reventados… y sin querer cambiarlos.
Felipe es un jugador veterano que ha sido utilizado como décimo hombre. Espera, he dicho ‘veterano’, sinónimo de experiencia y curtido en mil batallas, con un palmarés internacional como el de Pau Gasol. Un profesional con esos datos a sus espaldas creo que hubiese aportado mejores cosas que las que le ha dejado ofrecer Orenga, y sobre todo, como alternativa a lo que todos los rivales preparan ante España: frenar a los Gasol e Ibaka. Ahí es donde, creo, que Felipe hubiese sido el factor diferencial en el encuentro ante Francia.
Orenga no lo vio o no quiso fiarse de ‘Felipón’. Reconozco que es fácil verlo como resultadista, pero todo fracaso conlleva un análisis y éste, siempre se basa en el resultado. Por tanto, Orenga, ¿qué tenías contra Felipe?
DEJA TU COMENTARIO