A Laso se le multiplican los caminos

"De cómo gestione el entrenador esta plantilla dependerá el éxito a final de la temporada"


cuandonohaya

cuandonohaya




El golpe anímico de la final de Milán fue enorme. Se podría decir que en esa maldita final ante el Maccabi se acabó la temporada para el Real Madrid. Más que nada porque en los siguientes partidos el equipo sólo fue una sombra de lo que había sido unos pocos días antes. La campaña tuvo su colofón demasiado temprano, el del 100-62 al Barcelona en las semifinales. Un resultado que muchos madridistas no olvidaremos en la vida, aunque a la larga sólo fuera el inicio de una debacle inesperada.

Al final de temporada la sensación fue de haberse llevado un suspenso claro a pesar de que el año no acabó ni mucho menos en blanco. Pero aún así pesó la trayectoria de Laso y la ilusión que en este último tiempo había generado su equipo. Por mucho que estemos hablando del club de las ocho Copas de Europa, jugar dos finales de Euroliga consecutivas es un magnífico bagaje para una institución que se ha pasado casi dos décadas viendo estos partidos por la televisión. Por eso la dirección del baloncesto dio al técnico una nueva oportunidad, la que se había ganado a base de trabajo en los tres años que llevaba en el banquillo.

En este sentido el club ha doblado su apuesta. Conscientes de que la plantilla acabó desfondada la temporada pasada por una combinación de cansancio y lesiones, los responsables merengues han aceptado cerrar un grupo de 13 hombres de primer nivel. Este año el Madrid ha ido por la vía rápida y ha confeccionado un conjunto que mezcla veteranía, talento y 'mala leche'. Justo lo que probablemente le faltó el año pasado al equipo para triunfar. Los 5 nuevos fichajes son hombres bastante contrastados y de perfil variado, lo que a la larga Laso acabará agradeciendo por la multitud de opciones que se le presentan a la hora de plantear los partidos.Y ahora en esas estamos. La sensación es que el club ha perdido un par de magníficas oportunidades de pasar a la historia coronándose en Europa. Pero probablemente por esto también merece la pena seguir intentándolo, porque la generación de Sergio Rodríguez, Llull, Rudy y Felipe no merece despedirse dentro de unos años sin haberle puesto la guinda a esta trayectoria. En consecuencia, con la continuidad del núcleo del grupo la apuesta sigue estando clara: hay que seguir intentándolo. Y el Madrid lo va a hacer con una plantilla muy reforzada que pone al servicio del entrenador un enorme abanico de oportunidades.

De cómo gestione el entrenador esta plantilla dependerá el éxito a final de la temporada. Por ahora las dos únicas referencias válidas son los partidos de Supercopa de la pasada semana, en los cuales el técnico pareció repartir de forma bastante equilibrada los minutos. Si se trató de una casualidad o de una declaración de intenciones lo sabremos en pocas semanas. Lo que sí está muy claro es que esta temporada la plantilla es más profunda y tiene más experiencia que la del año pasado. Se nota que en el club han querido darle una nueva vuelta de tuerca al equipo, quizás para afrontar la temporada como una última oportunidad para este proyecto maduro. Además, este curso la final europea será en Madrid y eso plantea una estupenda oportunidad de ponerle el broche de oro a este proyecto. Pero tampoco repitamos los viejos errores de precipitar los acontecimientos y empecemos de nuevo de cero teniendo muy presente a lección que sacamos del curso pasado: los títulos no se ganan en noviembre o en diciembre, sino en mayo y junio.