Isco, y nada más

"Se está convirtiendo en un jugador más importante de lo que algunos piensan y en su respeto, creo que, a día de hoy, deberían ser otros los que roten para darle descanso a él"


cuandonohaya

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Carlo Ancelotti debe empezar a pensar, o por lo menos planteárselo un mínimo, el darle la titularidad a Isco como método habitual y no como técnica de rotación. El español aceptó modificar un poco, sin mediar queja, su estilo para acercarse a lo que quería el italiano: un Clarence Seedorf. Ahora, Isco merece algo más que “un entrenador que le ponga”.

Ante el Elche y ante el Ludogorets salió de titular y no defraudó a nadie. Con la siempre etiqueta de la comparación y compatibilidad con James y superado por un precio de compra, Isco ha sabido llevar su incómoda situación de manera ejemplar, y cuando le tocó protagonizar estos dos partidos a nadie se le ocurrió mirar los tickets de compra de ambos jugadores.

Ante los ilicitanos se le vio atrevido, incluso cuando el partido estaba cerrado. Su misión defensiva fue sensacional y su físico, sorprendentemente incansable. Volvió a poner al Bernabéu a sus pies el día que todo el mundo miraba a la portería para vigilar el debut de Navas. Ante los búlgaros, en un partido pastoso, Isco fue ese trago refrescante que ayuda a bajar y saborear la comida, el pequeño trozo de cielo azul en mitad de una tarde nublada. El mejor.

Y solo me refiero a sus titularidades. Cuando lo hace desde el banco su frescura se nota al instante, tanto si el equipo necesita de ataque, como si necesita de control y equilibrio. Isco se está convirtiendo en un jugador más importante de lo que algunos piensan y en su respeto, creo que, a día de hoy, deberían ser otros los que roten para darle descanso a él si lo prioritario es el tener el mejor equipo en desde el inicio.  Como dice el himno de la Décima, solo importa los éxitos. ¡Hala Isco, y nada más!