La llegada de Odegaard es un golpe en la mesa. Un aviso al resto de equipos europeos de que el Real Madrid lidera dentro y fuera de de los terrenos de juego el mundo del fútbol y las grandes promesas del planeta ya sueñan con entrar en la leyenda. Algunos llegarán y otros se quedarán en el camino, pero esta nueva política de fichajes es digna de elogio.
Hay pocos sitios mejores para educar un futbolista que la Ciudad Real Madrid y si las lesiones les respetan no sería raro ver dentro de un lustro a Asensio, Peeters y Odegaard liderar el primer equipo. Y hacerlo junto con Isco Varane y los que vendrán. El panorama pinta optimista, como mínimo.
Alguno se quedará en el camino. Eso no se puede descartar, pero viendo los potenciales beneficios resulta un riesgo asumible. Con que sólo uno de ellos se asiente y triunfe ya habrá valido la pena. Habrá que tener paciencia con estos chicos, cuidarles, quitarles presión y crear las mejores condiciones posibles para su desarrollo.
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