El Real Madrid le ha echado de menos, pero ha vuelto. Cristiano volvió a ser el líder natural que ha demostrado ser casi siempre en el equipo blanco. Sólo pudo marcar de penalti ante el Villarreal, pero lo cierto es que la culpa de eso no la tuvo él, sino Asenjo. El cancerbero del submarino amarillo hizo el partido de su vida para evitar hasta tres goles del luso. Podríamos estar hablando de un póker del '7', pero el portero rival también juega. Antes de eso, en Elche sucedió más de lo mismo. Múltiples ocasiones del luso y la buena actuación del guardameta oponente evitó que cayeran más goles.
Pero más allá de los goles anotados, se nota el cambio de tendencia en la forma en que vive los partidos Cristiano. El portugués demuestra ambición y ganas de ver puerta, algo que siempre ha sido habitual en él pero que no le vimos en algunos partidos de principio de año. Tenía la cabeza en otra parte, y no se le puede culpar por eso. Lo importante es que el portugués parece estar superándolo y empieza a volver a ser un peligro constante para la defensa rival.
Una vez recuperado el luso, hace falta que el Real Madrid empiece a recuperarse a nivel futbolístico y también a nivel de jugadores. Y es que, aunque parezca mentira en una plantilla tan profunda como la del equipo blanco, no poder contar con hombres de la talla de Sergio Ramos, James o Modric está siendo un suplicio para Carlo Ancelotti. El equipo no tiene el equilibrio deseado por el italiano, los hombres de arriba están obligados a defender más y eso hace que se resienta no sólo la defensa, sino también el ataque. Esperemos que en unas semanas la enfermería quede vacía y el Real Madrid vuelva a enamorar como hacía hace poco más de dos meses.
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