Porque, por ahí pasan todos los males del Real Madrid. En un momento físico bajo, con ciertos jugadores sobrepasados de minutos y otros fuera de forma por falta de ritmo, el equipo debería juntarse entorno al balón. Con la pelota corres menos, te cansas menos y el rival tiene que trabajar a 'destajo' para tapar huecos. Blanco y en botella. La única manera de lograrlo: introduciendo un mediocampista más. Un hombre que tenga el balón y que haga mejores a Kroos, Isco y Luka Modric. Con el rival ya cansado, hombres como Bale o Jesé Rodríguez lucirían mucho más.
Con James, todo sería más sencillo, pero al colombiano todavía le resta un mes para reaparecer. Ancelotti tiene que tenerlo claro: ganar en el Camp Nou con tres centrocampistas y la ‘BBC’ se antoja misión casi imposible ahora mismo. El Real Madrid necesita su versión más agresiva, más compacta con y sin la pelota y, eso pasa, por atreverse a sentar a Gareth Bale.
Y digo Bale, pues es el futbolista más bajo de forma de los tres de la punta, porque Cristiano Ronaldo es indiscutible y porque a Benzema le ‘salva’ la calidad cuando no está acertado de cara a gol. Apuesto por Modric, Illarramendi, Kroos e Isco en ‘Can Barça’, y por lo que resta de temporada. Ancelotti debe dejarse de empecinamientos. Es la hora de quitar un delantero y apostar por un centrocampista más.
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