Laso podría darle algún consejo a Ancelotti

"Es inevitable que la situación de ahora del equipo de fútbol me recuerde a la del baloncesto de hace 12 meses. Se intuyen trayectorias paralelas, historias similares de récords primerizos y posteriores decepciones"


cuandonohaya

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Empecemos por el final en esta ocasión: la moraleja es que sirve de muy poco batir récords estadísticos a principios de año si luego llega la hora de la verdad y, por unas cosas o por otras, no llegas a las finales o simplemente no eres capaz de ganarlas. Es magnífico y estupendo jugar bien, ganar partidos arrasando a los rivales y colocarse como líder en España y en Europa en el mes de noviembre o diciembre. Pero no es muy útil, más allá de los elogios de la prensa y los aficionados. Sobre todo si todo ese esfuerzo inicial acaba pasando factura, como plasmación de una voracidad precoz que luego no deja lugar para los postres más apetitosos.

El año pasado el Real Madrid de baloncesto aprendió que los récords de victorias sólo llenan hojas de periódicos y anuarios, pero no las vitrinas. La agónica victoria en la Copa del Rey ante el Barcelona inició una clara decadencia del equipo en todas las competiciones, acrecentada por la aparición de varias lesiones en jugadores importantes como Rudy Fernández, Draper o Carroll.

Indudablemente el equipo todavía tuvo fuerza y arrojo para seguir mostrando destellos de su enorme calidad, tal y como sucedió en las semifinales de la Final Four ante el Barcelona (100-62). Pero paradójicamente ese partido marcó el clímax de ese maravilloso equipo e inició una tremenda cuesta abajo que terminó con la patética imagen de Laso saliendo del Palau en silla de ruedas tras haber sido descalificado. Entre estos dos momentos hubo poco más de dos meses de diferencia y, curiosamente, el rival era el mismo Barcelona.

Por eso es inevitable que la situación de ahora del equipo de fútbol me recuerde a la del baloncesto de hace 12 meses. Se intuyen trayectorias paralelas, historias similares de récords primerizos y posteriores decepciones. El Real Madrid de Ancelotti llegó a jugar tan bien en los últimos meses de 2014 que el entrenador se dejó mecer por el éxtasis y olvidó que en el deporte los esfuerzos acaban pasando factura. Al igual que Laso, el italiano dio minutos intrascendentes a jugadores importantes en encuentros decididos casi por sí solos, y ahora se está dando cuenta que tiene entre manos a un grupo 'fundido' que deambula por el campo.¿Qué pasó para que se produjera tal contraste en tan poco tiempo, para que el Real Madrid se hundiera de esa forma? Entonces la reflexión por parte de los jugadores fue clara, pues la mayoría de ellos apuntaron al cansancio físico y psicológico tras una dura y larga temporada. Aspectos como que Rudy jugara las finales de Liga y Euroliga con un dedo roto no ayudaron, ni tampoco que Laso diera minutos en partidos intrascendentes a sus jugadores más importantes. El equipo dedicó tantos esfuerzos a los primeros encuentros de la temporada que luego cuando llegaron los importantes de verdad se dio cuenta de que no le quedaba fuelle para afrontarlos con garantías.


Aún tengo la esperanza de que el guión del año pasado no se cambie de acera y vuelva a hacer acto de presencia en este 2015. Quedan todavía tres meses de competición y eso es mucho tiempo en el mundo del fútbol, por lo que sigo dándole un voto de confianza a este Real Madrid. Pero no puedo evitar encontrar semejanzas entre estas dos historias y pensar que no estaría de más que algún día Ancelotti se pasara por alguno de los entrenamientos del equipo de baloncesto para charlar con Laso. No de fútbol, ni de baloncesto. Simplemente de deporte, de gestión de esfuerzos y de verse ganadores de todo sin haber conseguido nada.