Pues bien, ya han pasado dos partidos y se han sacado los 6 puntos. No nos engañemos, era el Granada y el Rayo Vallecano, pero ojo, que no se metían 9 goles a un equipo desde hace medio siglo y es más difícil ganar 9-1 a cualquier rival de Primera División que vencer 0-2 en el Camp Nou, por ejemplo. No quitemos méritos a algo histórico.
Pero regreso a lo global. Se ganó la Granada y se ganó al Rayo. Peor lo más interesante es que se vencieron con dos películas completamente distintas. Ante los andaluces, con la calidad y a medio gas. Partido redondo con cinco goles de Cristiano. Ante los vallecanos, con mucho esfuerzo físico. Sufriendo y madurando el encuentro hasta que le físico rayista cayó por su propio peso en un campo muy difícil de jugar con calidad -por lo pequeño de las medidas-.
Con esto quiero decir que el Real Madrid está preparado para ganar cualquier tipo de partido que se le presente. Uno que sea favorable o uno que se convierta en una batalla, con sangre, sudor y lágrimas. El hambre del equipo es tremendo y están todos concienciados en lograr los 30 puntos post Camp Nou. Ellos saben que si los firman hay altas probabilidades de alirón, pero no depende del Madrid.
Aún queda el duelo más complicado en Sevilla, con su posterior recibimiento al Valencia -justo lo que le toca ahora la Barcelona-, pero de actitud y aptitud el equipo va perfecto, y preparado para cualquier reto físico y psicológico que se le ponga por delante. Por ejemplo, el próximo partido ante el Eibar con numerosas bajas por lesión y, sobre todo, por sanción. Veremos si le quitan la amarilla a Cristiano.
El caso es que este equipo ya ganó 22 veces consecutivas -12 de Liga- y fue ante los mismos rivales prácticamente. La historia está ahí esperando a que se reescriba y el Real Madrid es quien tiene la pluma para poner su firma. Ancelotti y sus jugadores tienen la conjura, la motivación y las ganas de ganar todo lo que queda hasta el final. Champions incluida.
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