45 minutos para marcar la diferencia

"En los 45 primeros minutos el Madrid cuando contará con más medios y opciones para poner en ventaja la eliminatoria, ya que en la segunda es posible que las fuerzas se vuelvan a equilibrar"


cuandonohaya

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Pocas pegas se le pueden poner al juego del equipo en el Vicente Calderón, aunque por mi parte 'haberlas haylas'. La principal es la obsesión constante de los jugadores de complicarse la vida a la hora de buscar la portería de Oblak. El Madrid fue más peligroso ante el Atlético cuanto más directo fue su juego. No faltaron los disparos desde la frontal del área o los balones largos al espacio; y ahí es donde los blancos generaron las ocasiones más claras. El problema es que en varias de ellas sus jugadores se perdieron en un sinfín de fintas y de recursos barrocos que la defensa colchonera terminaba agradeciendo.

No descubro nada si digo que el Atlético de Madrid es, posiblemente, el equipo que mejor se defiende en el mundo. Por eso cuando hay que jugar ante él no se puede pensar y después disparar a puerta, sino que más bien hay que seguir el proceso inverso: primero chutar y luego 'preguntar'. Y en ese aspecto Benzema - por poner el mejor ejemplo - pecó muchas veces de excesivamente generoso, ya que en todo momento estaba pendiente de pasarle el balón a un compañero desmarcado antes que de finalizar él las jugadas, se encontrara o no en una buena posición.

Ante este rival no se puede dudar ni pretender marcar goles muy bonitos. Al Madrid le debe igual anotar de rebote con la espinilla o con la oreja. Hay que meter el balón dentro de la portería, porque eso es lo que marca las diferencias. Y para conseguirlo no hay que complicarse la vida, sino simplemente buscar las opciones más sencillas. En cuanto un jugador llegue a la frontal del área no debería ni pensárselo a la hora de tirar. Simplemente tendría que hacerlo, porque no es casualidad que una de las acciones más claras del encuentro, la de James Rodríguez en la primera parte, llegase de esta forma.

 


James y Sergio Ramos pelean un balón con Antoine Griezmann

Junto a ello también hay otro aspecto que puede acabar siendo clave. Una de las diferencias de este Atlético con el que gan la Liga es que ha llegado al mes de abril bastante más cansado que el curso pasado. Sin estar mal físicamente tampoco se puede decir que estén bien. Y eso se comprobó en el partido del Vicente Calderón, porque el Real Madrid fue muy superior a su rival mientras tuvo más gasolina que él. Se trata de algo que tampoco debería resultarnos novedoso, porque nos suena mucho a lo que vivimos hace poco menos de un mes en el Camp Nou. La cuestión es que ni en uno ni en otro partido los de Ancelotti supieron traducir en goles esa superioridad temporal y al final lo acabaron pagando.

No tengo dudas de que el miércoles el Real Madrid jugará contra el cronómetro. Cuanto antes consiga marcar un gol, más posibilidades tendrá de estar en semifinales. El equipo blanco no puede permitirse otra primera parte sin ver portería, porque es de imaginar que volverá a empezar el partido mejor que su rival. Será en los 45 primeros minutos cuando contará con más medios y opciones para poner en ventaja la eliminatoria, ya que en la segunda es posible que las fuerzas se vuelvan a equilibrar y ahí las opciones estarían al 50 % para cada uno de los equipos. Si hay ahora mismo un factor diferencial entre ambos conjuntos es el aspecto físico, porque la ventaja táctica de Simeone ha demostrado que sabe contrarrestar e incluso superar la superioridad técnica del Real Madrid. Así que es deber de los merengues intentar potenciar esta baza con un inicio imponente y acertado.

En otro contexto se podría decir que el Atlético ahora mismo tiene la eliminatoria donde la quiere. Pero tras ver el partido del martes hay motivos para el optimismo del madridismo. El Real Madrid es ahora más equipo que su rival, pero no por mucho. Contará con la ventaja temporal de estar durante un rato más fresco que los colchoneros, lo que les permitirá salir más rápidos, fuertes y contundentes al campo. Pero ese privilegio no durará los 90 minutos, sino probablemente 45, por lo que hay que hacer una gran apuesta a la primera mitad. El objetivo debe ser salir con las mismas energías que en la ida y saber aprovecharlo, pues de no ser así el partido podría convertirse en un temible 'correcalles' en el que el Madrid tendría las de perder por una simple cuestión de nervios.

 

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