El derecho de Isco al descontento

"Es indudable que en sus primeros años en el Real Madrid le va a tocar sacrificarse para ganarse día a día el reconocimiento del entrenador y los compañeros, de manera que poco a poco pueda ir ascendiendo en el escalafón de la plantilla"


cuandonohaya

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La primera parte de Turín de Isco Alarcón fue la de un futbolista de carácter y calidad. El centrocampista pidió siempre el balón, retransando su posición si era necesario para hacerse con el esférico y llevarlo al campo rival. No se escondió en ningún momento y, aunque tampoco pudo brillar en exceso, dio todo lo que tenía en un evidente mal partido de todo el equipo. Por eso, poco hay que achacarle a él de la sorprendente derrota sufrida en Italia, porque probablemente jugó uno de sus mejores encuentros en los últimos dos meses y dio la cara en cada instante del encuentro, aunque luego Ancelotti acabó 'premiándole' con una sustición a las primeras de cambio.

No se puede negar que, por jerarquía y 'precio', Isco es uno de los 'eslabones' más débiles de la plantilla. El técnico del Madrid es de lo que antes mira el nombre del jugador que el rendimiento - sólo así se puede explicar que Bale o Ramos acabaran el partido ante la Juventus - y bajo esa tesitura el de Arroyo de la Miel lo tiene algo más complicado que sus compañeros. Él es el primero que sabe que en este club la competencia es encarnizada y que en su caso tiene que dar algo más de lo normal para conseguir tener un buen número de minutos sobre el terreno de juego.

Con las estadísticas en la mano Isco no tiene muchos motivos para quejarse, desde luego. Es uno de los centrocampistas que más ha jugado este año, pero la clave de todo es que en el fondo este dato 'engaña' un poco. Y es que las lesiones de Modric y James le han facilitado mucho la tarea. Durante las pocas semanas que el colombiano y el croata estuvieron de vuelta a principios de abril el malagueño comprobó que todo lo que se había ganado en el campo con trabajo y esfuerzo quedaba minimizado por el sistema jerárquico de Ancelotti, ya que automáticamente volvió a ser el cuarto centrocampista y, por tanto, el primer suplente del equipo. De ahí que tras el partido de Champions ante el Atlético el futbolista fuera sincero y dijera que no estaba muy contento por su situación.

Isco juega en un partido ante el Liverpool

Realmente él no dijo nada malo, sólo expresó su inconformismo con ser suplente. Y lo hizo además con la razón que le daba el estar haciendo una temporada magnífica, especialmente en este inicio de 2015. Porque no podemos obviar que, mientras el Madrid sufría a comienzos de año, Isco era uno de los pocos jugadores de la plantilla que mantenía el tipo y daba un magnífico rendimiento. Al fin y al cabo él había cumplido su parte del trato, ya que en cada partido se le había visto partirse el pecho por el equipo peleando cada balón en defensa y creando peligro y generando fútbol en ataque.


Desde luego, creo que no se le puede pedir mucho más de lo que ha dado este curso. A partir de abril su rendimiento a bajado, probablemente en parte por el 'golpe moral' de saberse realmente un suplente. Pero nada preocupante, ya que no hay jugador en el mundo que no tenga altibajos en su día a día. Como digo, ante la Juventus volvió por sus fueros y, en lugar de una felicitación, se encontró con otro mazazo al desaparecer del partido a la hora de juego. Motivo más que de sobra para que no esté del todo contento y quiera más de su entrenador, ya que él se ha ganado sobre el terreno de juego una contraprestación que realmente no está encontrando.

Si todo va bien el Madrid llegará a la final de Champions y Modric estará recuperado para entonces, por lo que Isco posiblemente se quedará sin el premio de jugarla. Sería una evidente injusticia, pero en el fútbol sólo pueden jugar once de inicio. Además, tampoco le sería una situación extraña, ya que en Lisboa también fue suplente y salió en la segunda parte para revolucionar el choque. Es indudable que en sus primeros años en el Real Madrid le va a tocar sacrificarse para ganarse día a día el reconocimiento del entrenador y los compañeros, de manera que poco a poco pueda ir ascendiendo en el escalafón de la plantilla. Lo que no quita para que tenga derecho a decir que está insatisfecho y que se merezca el respeto que algunos medios le están negando estos días al pregonar un desencuentro con Ancelotti que realmente no es tal.

 

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