Tres años de Gareth Bale en el disparadero

"Todavía a estas alturas algunos se atreven a mentar al expreso de Cardiff, después de todas las lecciones que les ha dado desde la mentira de la hernia".


Gareth Bale




El primer año de Bale en el Real Madrid fue el precio y la hernia, y como no dio resultado y el galés fue protagonista en las dos finales ganadas por el equipo en 2014, la Copa del Rey y la Liga de Campeones, en el segundo año tocaba cuestionar su sitio en el equipo. Se lesionó Bale coincidiendo con el mejor momento del Real Madrid a lo largo del curso, y sólo tardó en regresar cuatro de los 22 partidos consecutivos que ganó el equipo la temporada pasada.

Pues algunos listillos quisieron aprovechar aquella inoportuna lesión (que no era ni hernia ni protrusión) para tratar de cuestionar su papel en el Real Madrid y encumbrar a uno de los protegidos de la prensa 'disfrazada' de madridista, Isco (que por otra parte no tiene la culpa de que haya demasiado impresentable suelto por las redacciones españolas). Bale, sí, bajó en la segunda parte de la temporada, pero lo hizo al 'unísono' del resto del equipo.

Una vez fuera Ancelotti, al que algunos periodistas sólo quisieron cuando el Real Madrid le dio el finiquito, Benítez ha llegado para tratar de darle una vuelta de tuerca al equipo en el aspecto físico y en la defensa, los dos aspectos principales que, en mi opinión, debe trabajar un entrenador de equipo grande. Mejorar el ataque cuando hay tanta pólvora como en el Real Madrid, no es algo primordial. Pero Benítez también quiere hacerlo, y para ello tiene un plan.


La idea del entrenador es otorgarle a Bale los galones que tiene en la selección de Gales. Nadie pierde de vista que en los últimos tiempos, Bale ha jugado mejor cuando le tocaba jugar con Gales que cuando jugaba en el Real Madrid. El galés se siente más cómodo sin estar atado a la banda, con libertad de movimientos, y Benítez sabe que esa libertad sólo se la puede brindar si le cambia de posición y le libera de cargas defensivas; si le coloca en un lugar donde le lleguen más balones, donde pueda romper la defensa con un cambio de ritmo, colgar un balón frontal o disparar a portería sin necesidad de utilizar su pierna mala, uno de sus grandes lastres desde que llegó al Bernabéu.

Cristiano no quiere moverse de la izquierda, el lugar ideal de Bale, y actualmente es intocable. Y Bale no está cómodo en la derecha, por lo que colocarle tras el delantero puede considerarse una solución salomónica. En cualquier caso, parece ser que al tocayo que antes mencionaba no le parece una decisión correcta, dado que no hizo más que terminar la primera prueba de la pretemporada y ya estaba manipulando al personal cuestionando que Bale juegue de mediapunta. No será la última vez, ni será el único que trate de dirigir la opinión de los madridistas sobre Bale para convertir al galés en carne de cañón. Por tercer año consecutivo, le tocará taparse las orejas. Al tiempo.

 

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