No hay que perder la calma para no perder las ideas





Lo de la diferencia de puntos con el Barcelona no sería tan grave si no fuera también por el hueco existente que vemos entre uno y otro equipo a la hora de jugar en el rectángulo de juego. Y eso es lo que más preocupa: mientras el Barça mantiene el orden, suma ambición y transmite seguridad, Schuster tiene que lidiar con todas las opiniones que salen del club y con un nerviosismo preocupante que se ha instalado entre la afición. Esperemos que el alemán no acabe naufragando en ese mar de dudas extradeportivas de las últimas semanas.

Lo cierto es que el revuelo formado tras la eliminación en Copa y la derrota en Valladolid han traído al primer plano de la actualidad blanca muchos comentarios que hay que dejar claros. No es cierto que Schuster no pasara por el vestuario en el descanso del partido contra el Real Unión de Irún. Bernardo estuvo físicamente en ese vestuario, aunque estuvo poco comunicativo, pero estuvo. También se dijo que el entrenamiento voluntario tras perder en Valladolid había sido impuesto por el club. Tampoco es verdad. Aquella fue una sesión que propuso el entrenador cuando la expedición volvía en autocar desde Pucela, y el hombre encargado de comunicar la decisión fue su segundo de abordo Manolo Ruiz. De hecho, no es la primera vez que Schuster convoca una sesión de entrenamiento voluntario a la que él no acude. No entiendo por qué esta vez se le da tanta importancia, máxime teniendo en cuenta que existen otros precedentes en este mismo sentido.

Otro de los comentarios surgidos a raíz de ese entrenamiento voluntario ha sido que Schuster excusó su presencia en Valdebebas por el bautizo de su hija Victoria. Tampoco es correcto. El día que Schuster celebre el bautizo de su hija lo comunicará en el club, algo que no hizo, por lo que es incierto ese rumor infundado del bautizo de su hija en Salamanca.

De las mentiras a las verdades. Sí que es cierto que el Real Madrid sólo tiene un '9' y un extremo específico que están lesionados. Éste es el verdadero problema del Real Madrid. Y es que no se ha planificado con coherencia una plantilla que, a pesar de las lesiones, debería de ser de garantías, contar con previsión y gozar de recambios suficientes para afrontar las tres competiciones. Si a esto sumamos los fichajes frustrados del verano y que los jugadores se encuentran inmersos en una tremenda confusión de juego y sistemas tácticos, el resultado es que todos andan perdidos en el césped.


A estas alturas de la película sólo cabe la reflexión del entrenador y de la Dirección Deportiva para que en el mercado de invierno se acierte con un delantero y con un centrocampista de banda que tienen que darle al equipo ese plus de calidad que espera la afición. Por eso hay que ir con pies de plomo y con la suficiente calma como para no caer en el error de las prisas. Porque en cuanto se pierde la calma, también se pierden las ideas.