Las lesiones, y más concretamente la baja de Van Nistelrooy, han obligado prácticamente a acudir a fichar en enero. Sin embargo, a pesar de las urgencias, Huntelaar era una de las mejores jugadas de entre las bazas que se barajaban, y no se ha roto el guión marcado con otros fichajes, y que ha traido dos Ligas a Chamartín: un jugador joven, de calidad contrastada y con mucha proyección.
Además, Huntelaar llega también con el aura de ser un ganador nato, un profesional de la cabeza a los pies, y un cazagoles consagrado en Holanda. Así, parece que el primer objetivo con este fichaje ya se ha cumplido, y es que el madridismo rezuma optimismo, y la pésima imagen dada en Getafe ya se ha olvidado prácticamente.
Sin embargo, este fichaje no se puede analizar sólo mirando los próximos tres días, y queda un debate flotante sobre si el de Huntelaar es un fichaje acertado para el Madrid. Mi carácter optimista me hace confiar en que sí, pero las urgencias y las (desafortunadas) filtraciones han hecho que este delantero de 25 años llegue a precio de auténtica figura. Por todos es sabido que el Santiago Bernabéu no se caracteriza precisamente por ser paciente con sus jugadores, y pronto se le empezará a exigir a Klaas que demuestre en el campo por qué se han pagado 20 'kilos' por él, y por qué es merecedor de llevar ese escudo en el pecho. Se ha hecho con todos los jugadores que han llegado, y Huntelaar no será una excepción.
Sin embargo, ésta es la primera experiencia de Jan fuera de Holanda, llega lesionado y a un equipo psicológicamente mermado, con lo que sería entendible que este cazador necesite un tiempo para calibrar su escopeta. Que la afición se lo dé puede marcar la diferencia entre ser el responsable de los goles, y ser goleado por la responsabilidad.
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