La cultura de la mentira





Calderón tenía como objetivo ser algún día presidente del Real Madrid y ha sido su cruzada de vida. Mi pregunta es ¿para qué? ¿Por su madridismo? ¿Para probar el caviar que otorga el poder? ¿O para beneficiarse de ese poder? En su gestión deportiva ha tenido la suerte de vivir un bajón en la Liga de las estrellas, y el Madrid ha sido el mejor de largo.

El mejor guiado por dos entrenadores a los que ha echado. Al primero, por que no daba espectáculo, pero que volvió a rescatar al equipo de una travesía oscura y triste: Capello. Y al segundo por revoleras, por no callarse ni debajo del agua, porque a Schuster nunca le dieron lo que pidió sino que le hicieron la plantilla al gusto de Mijatovic.

En la gestión social esto empieza a pasar de castaño oscuro. Todo suena a la cultura de la mentira, de la sordina, del negar por negar. Es un poco lo que pasa con el Gobierno, que se ha tirado año y pico negando la crisis y ahora no sabe como justificar el récord de parados que quedará siempre en el historial de Zapatero se ponga como se ponga.

Los escándalos en la gestión de Calderón se multiplican. No hay mes que no salte uno, y no hay uno que se justifique sin justificar. Palabras huecas ante denuncias graves. Sinceramente no sé hacia donde va este Madrid ni este país, donde la cultura de la mentira sirve para que nadie dimita y ellos engorden a costa de que la imagen del Real Madrid y de la sociedad esté cada día más sucia.