¿Ha vuelto Gil?





Y es que la risa va por barrios. Andaban los atléticos, mi hijo incluido, crecidos con las “boludeces” de Calderón y sus “guardaespaldas inocentes", cuando el sentimiento atlético regresó. Es verdad que todo lo del Real Madrid, si no eres blanco, es para partirse de risa o de vergüenza, pero para partirse. Claro que desde que se despidió a Schuster y después de perder contra el Barcelona, éste equipo lleva seis de seis. Los ha ganado todos. Entonces los atléticos, mi hijo incluido, sacaban pecho por llegar a estar hasta por encima en la clasificación y se reía de su hermano blanco.

La historia ha cambiado y casi todo ha vuelto a su lugar. El Real Madrid a día de hoy a pesar del aburrimiento, es el único que, si se diera el caso, puede pelearle la liga al Barcelona. Difícil empresa la de acercarse al Barça, pero desde luego más cerca la tiene que el Atlético de Gil… Marín. Pero vamos a lo que íbamos: ¿Ha vuelto Gil?

Gil Marín, que lleva tiempo intentando no parecerse a su difunto padre, no lo ha conseguido. Se ha cepillado a Aguirre como en los viejos tiempos, primero negando lo que estaba en la calle y después, por teléfono y desde Dubai, dándole la carta del finiquito al vasco Aguirre. Antes, Gil Marín al que no le hemos visto reír ni llorar, porque no se le ve, se reúne con sus jugadores favoritos para dorarles la píldora. Apuñala después a su entrenador cuando le prometió que estaría con él hasta el final de su contrato. Traiciona a su socio Cerezo, primero negándole los hechos y después diciéndoselo a sus confidentes de prensa antes que a don Enrique. ¿Cuestión de celos?

Sí, y por las dos partes. Los dos, Miguel Ángel y Enrique, se respetan pero se tienen un gato de cuidado. Mientras Gil Marín se esconde con los jugadores, Cerezo les canta la gallina en el vestuario y en la prensa. Gil Marín, al más puro estilo Gil que Marín, abraza a sus chicos restándole valor a todo lo que Cerezo reclama de los multimillonarios trabajadores que entre los dos pagan. El bueno es el veterinario y el malo el productor, para los jugadores claro. Bueno, y para la afición, también. Una afición que pide que se marchen los dos, sin darse cuenta que los dueños son ellos dos. Sí gracias a un delito que ha prescrito, pero dueños son.


Han cambiado los tiempos, incluso algunas formas, pero no cambiarán el pasado que con ésta decisión está más presente que nunca. Vuelve el “Atleti pupas” a las andadas. Jugadores hasta el gorro de los que les pagan y mandan. Futbolista que se quiere marchar y al que le prometen cargarse al míster con tal de venderle a mejor precio después. Entrenador que llega sabiendo donde se mete y lo que se juega en cuatro meses pero, que no puede perder ésta oportunidad por si el espíritu de Gil y Gil definitivamente desaparece de las rayas rojiblancas. Suerte amigo Abel, mucha suerte... que la vas a necesitar. ¡Qué te voy a contar que no sepas tú que has estado donde ahora estás! Por esto y muchas cosas más no hay que reírse del mal ajeno que después… Las cosas con tranquilidad, siempre que llueve escampa. Mientras dure el chaparrón querida Mercedes Milá, me fumo otro cigarro habano sin ánimo de molestar con el humo que a muchos nos ciega los ojos.