Set, partido y a ¡siete!





El Madrid se ha ganado el derecho, con goles, buen fútbol y victorias a mansalva, a soñar con la Liga. Quizás hace una semana, para algunos, era una utopía. Hoy, es una realidad. ¿Difícil? Por supuesto. Aún el Barcelona (un gran Barcelona) está por encima con siete puntos de ventaja. Pero no es imposible. Y no lo era a 12 y ni lo es a 7, sencillamente, porque el Madrid no es el mejor equipo del siglo XX por casualidad. Su historia y su gloria están llenas de capítulos heroicos, de gestas inimaginables y de hazañas extraordinarias e inigualables, y quizás es el único equipo en el mundo capaz de voltear una situación tan desfavorable en un campeonato como el actual en la Liga española. Pero aparte de exaltar los valores del Madrid para hacer campaña pro madridista, la realidad de la que hablaba dice que el Madrid es mucho mejor equipo que hace tres meses y que el Barça ya no es tan fuerte como antes. Entonces, es lícito pensar que con 42 puntos en juego y el clásico por jugar en el Bernabéu, la Liga es posible. ¿Complicado? Mayor será el reto y admirable y fascinante será el éxito si se logra.

Y justo cuando aparece el mejor Madrid de la temporada, resurge el mejor Sergio Ramos. Futbolista de enorme categoría castigado durante meses por un exceso de partidos y de infiltraciones. Pero resulta que el Madrid juega sus dos mejores partidos de toda la temporada (Sporting y Betis) y Sergio Ramos vuelve a ser el que siempre fue. Uno de los mejores laterales derechos del mundo, que pisa incansablemente el área contraria durante los 90 minutos y que tira del equipo en los buenos y en los malos momentos. Anoche marcó un golazo, puso otro y secó a Mark González en todo momento. Quizás sea eventual, pero lo dudo. El mejor Madrid ya está aquí y el mejor Ramos también. ¿Coincidencia? Va a ser que no.

Y mientras tanto, al otro lado del puente aéreo, patalean. Escribí hace meses que los lloros de Mijatovic y Schuster sobre los colegiados, criticados en la ciudad condal, no serían los únicos. Aquellos que pedían respeto para los árbitros, ahora lloran como los primeros y rabian por sus actuaciones. Decía que arrieros somos… y en el camino nos encontraremos. Así ha sido. El Barça se escudó ayer de su derrota ante el Espanyol en el silbato de Delgado Ferreiro. Ahora sollozan ellos. Les vendría mejor ver el partido en video para comprobar que el Espanyol fue mucho mejor y mereció ganar. Y, además, a Víctor Valdés le serviría para darse cuenta del por qué no es internacional. Sencilla y fácilmente, porque España tiene cuatro o cinco porteros mucho mejores que el azulgrana. Set, partido y a ¡siete!