Desde que se desvaneciera el pasado mes de octubre en el Stadium Gal de Irún, el joven mostoleño se ha sometido a infinidad de pruebas médicas que han descartado anomalías cardíacas y que, en principio, y si los tests genéticos no detectaban ninguna dolencia grave, podría volver a ejercitarse, pero con la mirada puesta ya en la próxima temporada. Dichos exámenes genéticos deberían haberse conocido hace algo más de un mes, a finales de enero concretamente, y de momento nadie sabe nada de nada. Todo es una incógnita, un misterio. Su alta médica está en el aire. Nadie sabe si finalmente De la Red volverá a defender la elástica merengue o, por el contrario, y desgraciadamente, deberá poner fin a su periplo futbolístico. En principio, todo hace apuntar que seguirá dando mucha guerra en los terrenos de juego, pero como digo todo está en el aire.
La última noticia que tuvimos desde el club de Chamartín sobre el '18' merengue fue a principios del pasado mes de febrero, cuando se anunció que su dorsal sería utilizado por Julien Faubert y, por lo tanto, el futbolista madrileño quedaba descartado para lo que resta de campaña. Este oscurantismo que rodea al canterano del Real Madrid no es beneficioso ni para el propio jugador ni para el club blanco. El madridismo merece conocer qué es lo que le ha pasado a uno de los suyos, desde Concha Espina se debería informar sobre la situación actual del centrocampista, por pequeño que sea el dato. Sólo espero que con información o sin ella, Rubén, un chaval de la casa que hizo méritos en el Getafe y en el combinado nacional para triunfar en el equipo de sus amores, vuelva a saltar al césped para hacer lo que más le gusta y lo que mejor se le da, que es jugar al fútbol.
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