¿Dónde queda la calidad de este Madrid?





Deportivamente, este equipo es un desastre. No se sabe a que juega. Basta que tenga enfrente un equipo medio decente (que me expliquen dónde está la Juventus que le ganó los dos partidos en la primera fase de la Champions, por no referirme a la Roma que le largó el año pasado, que era una auténtica banda) para dejar, poco menos, que en calzoncillos a un equipo que no lleva cinturón, ni tirantes y, por supuesto, que se dejó el esmoquin olvidado hace ya demasiado tiempo.

Lo que sucedió en Liverpool fue la gota que colmó el vaso de una temporada pésima. Los Calderón, Nanín, Boluda, Bárcena y compañía han sido auténtica escoria para este club pero, por suerte o por desgracia, más bien lo primero, ninguno de ellos juega. Dejando de lado a los primeros, conviene analizar muy mucho todo lo que sucede en el campo. Ya reclamé hace tiempo que este equipo necesitaba jugadores que supieran jugar al fútbol. Ya estoy harto de ver a supuestos profesionales del mundo del balón hacerse la misma pregunta interior cada vez que les llega un balón: "¿Qué es esto redondo que tengo entre mis botas ahora mismo?" Esa es la sensación que tengo cada vez que veo al centro del campo del Real Madrid. Faltan peloteros. Lo de los 'huevos' y las 'pelotas' está muy bien, pero a mí denme calidad, tíos a los que nos les queme la pelota y que encaren al contrario, y yo les regalo todos los atributos masculinos que quieran para hacer una tortilla o jugar a la petanca, según convenga. Por desgracia, en este Madrid actual no hay ningún jugador superlativo que marque las diferencias. Ahí reside uno de los grandes problemas de este equipo.

No se puede permitir que en el Madrid militen jugadores de un nivel tan bajo como el que tienen algunos componentes del plantel actual. Es deshonroso para el club, y un atentado contra los aficionados que han visto a lo largo de los años sobre su estadio a jugadores como Hugo Sánchez, Butragueño, Zidane, Roberto Carlos o Redondo, por citar algunos nombres no excesivamente lejanos en el tiempo. Hace falta pasar el aspirador y marcharse de compras. El madridismo no quiere más Fauberts, Drenthes o Saviolas. Yo me pregunto, ¿es tan complicado pagar 30 kilos por Silva?, ¿no podría haber llegado Xabi Alonso el pasado verano por 20 millones? Son preguntas tan obvias, a la par que ingenuas, que me da vergüenza hasta formularlas. Ahora sólo espero que el nuevo presidente (sea el que sea) traiga a este Madrid enfermo el caramelo revitalizador que tanta falta le hace.

P.D: Yo sí ficharía un Kaka, un Cristiano Ronaldo o un Ibrahimovic. Lo siento, pero es que me gusta la calidad. Qué le vamos a hacer.