Me llamó ayer la atención una noticia procedente de Francia. Zinedine Zidane habló por primera vez de las cualidades futbolísticas de su hijo Enzo, de 14 años, que juega en uno de los equipos infantiles del Real Madrid. Lo hizo en el programa Des Specialistes, de Canal Francia, en el que oficia de comentarista habitual: "Enzo sabe perfectamente lo que significa llevar el apellido Zidane, no puede escapar de eso. Él es consciente y yo tengo una cosa clara: que no tiene los pies cuadrados", dijo el gran Zizou.
Enzo (le pusieron ese nombre en honor del uruguayo Francescoli, el gran ídolo de papá Zidane) jugó hace unos días un partido con la selección madrileña para menores de 15 años. La cosa se comentó mucho en Francia, donde se especula ya que los españoles nos vamos a quedar con el nuevo Zidane. Dios dirá. El niño tiene la doble nacionalidad, pues su mamá es de Almería, y tiempo tendrá si se confirman sus condiciones para elegir selección. Quedémonos con el proyecto y más en este tiempo de tránsito madridista: ojalá que la cantera de Valdebebas de por fin un ‘crack’, que los 14 años de Raú, Guti y Casillas quedan cada vez más lejos.
A Enzo lo vi jugar hará un par o tres de años en un torneo internacional que se disputa por estas fechas de Semana Santa en Palamós y percibí que, en efecto, no tiene los pies cuadrados. Ni redondos. Los tiene como es menester. Sigamos pues la evolución de este muchachito en el convencimiento de que si llega a ser la mitad de lo que fue su padre, al Madrid le habrá tocado la lotería.
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