Dos sellos y se impuso uno





Con estos dos sellos se afrontó el encuentro del sábado. Los blancos, con la esperanza de seguir su buena racha; los azulgrana, digan lo que digan, con la mosca detrás de la oreja ante la trayectoria de su rival por excelencia. Pero el Barça no contaba con que Juande quiso hacer una pirueta en el aire para borrar las críticas que le llovieron por el encuentro de ‘equipo pequeño’ que hizo en la ida del Camp Nou.

El encuentro nació como se esperaba: el Barcelona a la expectativa del traje que iba a utilizar el Madrid y el Madrid se puso el que suele, defensa y pegada arriba. A partir de ahí los de Guardiola se pusieron a la tarea de tener el balón y hacerlo volar. El Madrid empezó a mirar el partido y se olvidó de que enfrente había un equipo que si le das opción de jugar, juega y te destroza.

Juande impuso una táctica zonal en el centro del campo para evitar que le digan aquello de que juega como un ‘equipo pequeño’ y se olvidó que hay un jugador llamado Xavi, al que él mismo halagó en vísperas, que se hizo el dueño absoluto del balón y con ello del partido. Xavi dio cuerda al esférico y ya saben lo que pasó. Activó a Henry, a Iniesta, a Messi

Luego, para mi sorpresa, escuché decir a Juande que “esto es lo que hay”, en referencia a su equipo. Pues, amigo, si eso es lo que tienes y no lo conduces hacia donde debes, te alejas de lo que te había hecho fuerte acumulando números de récord. Se equivocó por intentar no jugar como ‘un equipo pequeño’. O juegas acorde a lo que le hizo grande o crecen las opciones de fracaso. Lo que no se puede pretender es ponerse a la altura de un rival del que sabes que lo borda si le dejas tocar el balón, y a Xavi le dejaron y él sólo mató a Madrid.


El Chelsea jugó como un ‘equipo pequeño’ y sigue vivo; el Liverpool, en el Bernabeu, jugó como un ‘equipo pequeño’ y acabó fusilándote en la vuelta porque Juande, de nuevo, no mantuvo ese sello porque “esto es lo que hay”. Si te sales de lo que sabes hacer, porque eso es lo “que tienes”, pasa lo que pasa. El sábado había dos sellos y el primero era capaz de anular al segundo, pero el Madrid quiso cambiar su forma de jugar y facilitó que el sello de Guardiola fuera aún mejor de lo que es.