La hora de un nuevo proyecto





El Barça tiene proyecto, tiene estilo y tiene a su afición contenta. Más que contenta, encantada. Eso es precisamente lo que necesita la afición madridista, un soplo de aire fresco que devuelva la sonrisa a una grada que tiene razones más que sobradas para estar harta de estar harta con una institución que lleva año y medio en una espiral sin fondo.

Y es que, durante mucho tiempo, se ha estado vendiendo una mentira. Lo de las 17 victorias no ha servido para nada, tal y como se ha comprobado esta semana. Sólo ha servido para que el pasado sábado se haya convertido en una fecha histórica para el Real Madrid: el 2 de mayo será, desde ahora, una fecha maldita. Pero como soy optimista por naturaleza, creo que el refrán “no hay mal que por bien no venga” le podría venir como anillo al dedo al Real Madrid: tras la humillante derrota, es el momento de levantarse, de decir que así no se puede continuar y de no seguir engañando al aficionado con mentiras en forma de tres puntos. Menos humo y más realidades.

No es que sea un vidente, pero lo he venido vaticinando desde hace un tiempo. La Liga tiene dueño desde hace muchos meses y la emoción estaba en saber quién iba a ser el segundo clasificado. El Real Madrid tiene 107 años de historia en los que ha tenido de todo, 107 años de vida en los que ha habido más luces que sombras pero, también, 107 años de existencia en los que ha habido muchos cambios. El Real Madrid tiene la obligación de levantarse y de abrir las puertas para que otras personas devuelvan la grandeza a una entidad que echa de menos la gloria de antaño a nivel europeo. Es el momento, sin duda alguna, para que comience un nuevo proyecto.