Si no teníamos bastante con imputados y tramposos varios que han manchado la imagen del club, ahora aparecen otros en el entorno del Real Madrid dispuestos a seguir hechando más leña al fuego. Primero Onieva, tras una presentación esperpéntica que más bien parecía una broma del Follonero. Al final, sin aval comprobado, decidió retirarse de las elecciones. ¿Qué pretendía? Molestar. Y segundo, Eduardo García, ese personaje que parece sacado de una película de terror, pero del siglo pasado. Como no tiene aval, ha vuelto a meter al Madrid en los juzgados porque pretende anular la norma electoral que exige la presentación de un preaval bancario para poder ser candidato a la presidencia. ¿Qué pretende? Molestar. Boicotear las elecciones. Pienso que lo que quieren unos y otros es tener su minuto de gloria, dejarse ver, que la gente les conozca (aunque Onieva ha perdido todo el crédito que pudiera tener), minutos en radios y televisiones y páginas en los periódicos. ¡Lamentable!
Si la denuncia de Eduardo Gracía es aceptada, se retrasaría el proceso electoral e incluso podrían presentarse otra vez algunos de los precandidatos. Esto huele mal, ¡es como si Ramón Calderón estuviese también detrás de todo esto! Lo que parece claro es que esta gente no quiere al Real Madrid. Buscan la fama y ensuciar al club, y están quedando como auténticos frikis. A todo esto, Florentino Pérez sigue haciendo lo que debe: trabajar junto a sus ayudantes en silencio, para crear el mejor equipo posible. Ya queda todo dicho.
Por cierto, no me quiero despedir hoy sin recordar los gritos antimadridistas de Gerard Piqué. Una de las revelaciones de la temporada que se ha confirmado como uno de los mejores centrales de nuestro país. Se confirma una vez más la madriditis de estos muchachos. ¿Han escuchado a algún jugador del Real Madrid en la celebración de las dos últimas Ligas, un sólo cántico cachodeándose de las penas del Barça? Pues eso, ya queda todo dicho.
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