Messina le gana la mano a Pellegrini





El chileno no ha dado con la tecla del juego. Precisamente el factor por el que se le fichó. Para conseguir victorias basta con los Juande, Capello o Mourinho de turno, sin embargo, Pellegrini fue fichado para vencer y convencer. Lo primero lo ha cumplido, bien es cierto que ante rivales muy flojos, pero lo segundo se ha quedado en la nevera.

Tras cerca de 300 millones de euros de inversión, escuchar pitos en el Bernabéu en las primeras partes de los partidos ante Xerez o Tenerife debería ser para estudiar. Algo falla. Ronaldo tapa las carencias de juego con su pegada pero cuando no está, como ocurrió en Sevilla, el castillo de naipes se desmorona ante la primera ráfaga de viento del año. Algunos dijimos hace tiempo que Cesc y Silva, jugadores acaparadores de balón, eran fichajes prioritarios si el Madrid quería mover el diapasón de su pegada con el estilo que merece. No se hizo y de aquellos barros llegaron estos lodos. Pellegrini tiene tiempo, tampoco mucho, pues el reloj del Bernabéu tiene vida propia y, si no quiere que le estalle en las manos, deberá apretar en pos del buen fútbol que prometió cuando pasó por primera vez por la sala de prensa del estadio blanco.

El caso de Messina es completamente opuesto. Viene de ganar todo lo ganable en Europa y ha demostrado en el poco tiempo que lleva al frente del Madrid que sabe lo que quiere. Perdió con el Barcelona la Supercopa, sí, pero dejó una impronta de equipo que puede dar muchas alegrías a la afición de Vistalegre.

Dos hombres, dos estilos y dos palabras sobre la mesa. Esto no es como empieza y sí como acaba, pero las primeras impresiones le dan varios cuerpos de ventaja a Messina sobre su homólogo en el equipo de fútbol. La competición dictaminará si Pellegrini, Messina o, por qué no ambos, cumplen con su misión a final de temporada.