Carta abierta a Pellegrini





No sé qué habrá hecho usted mal en estos cinco meses y medio de competición oficial desde que llegara a la capital española, pero supongo que ya tendrá claro que algo habrá hecho que no ha gustado a una parte de los medios de comunicación. Porque como ha podido comprobar, los hay que no le perdonan ni una y que están deseando verle fuera del Real Madrid. Cuando se perdió ante el Alcorcón y tras consumarse la eliminación copera, aún albergaba algunas dudas. Pero después de lo de Lyon, no me queda ninguna duda ya de ello, e incluso empiezo a pensar que hay razones extradeportivas de por medio.

No sé si es que hay expertos que no entienden que el fútbol no es una ciencia y que cuando hay veinticuatro traspasos en verano se necesita un tiempo de adaptación. No sé si es que hay analistas que no ven que este Real Madrid es el que más puntos lleva en la historia del club a estas alturas de la Liga, y el más goleador de este campeonato. No sé si es que hay comentaristas que no perciben que este equipo empieza a dar unas pinceladas de fútbol que hacía tiempo que no se veían en el Santiago Bernabéu ni siquiera en temporadas donde se conquistaron títulos. Ni tampoco sé si es que algunos desde su ordenador creen que han inventado el fútbol a estas alturas para permitirse la licencia de decir que usted por fin reaccionó ante el Villarreal cuando hizo un solo cambio guardando exactamente el mismo esquema que en Lyon. Aunque quizás sea más sencillo, y para encontrar respuestas a todas estas cuestiones simplemente haya que mirar hacia los despachos de algunos grupos editoriales que no contentos con mover presidentes también quieren hacer alineaciones.

Eso no quiere decir que en este tiempo lo haya hecho todo bien señor Pellegrini. Por supuesto que no, y desde este mismo rincón así se ha hecho saber. Pero entiendo, y así quiero manifestarlo, que la solución a haber perdido en Lyon, Sevilla, Bilbao o Barcelona no es sacarle del banquillo merengue, y menos en febrero. Ronaldo manifestaba muy acertadamente tras la goleada ante el Villarreal que “parece una catástrofe cuando se pierde”, y no dudo de que se están gastando muchos esfuerzos en que efectivamente lo parezca. Pero entiendo que es necesaria una estabilidad institucional y deportiva en este club, y aunque aún no haya alcanzado la perfección y el equipo no haya fascinado todavía, creo que en sus manos es más fácil llegar a ella que si se pone este proyecto en otras manos a estas alturas. E incluso dentro de cuatro meses. Sólo espero que esta campaña que se ha generado contra usted no cale entre la afición y, sobre todo, entre los directivos madridistas, porque sería empañar el ilusionante proyecto puesto en marcha de la peor forma posible: plegándose a los deseos de unos cuantos chupatintas con ansias de poder.