Una chispita en los ojos llamada llanto





Reconozco que no soy especialmente forofo con nada ni nadie en esto del deporte. Sin embargo, si ves a tu país completamente volcado para la causa, con un mismo fin, un objetivo común…al final se te pega. De camino al Pub KUO, lugar en el que Defensa Central volvió a vivir un partido de la selección española, ya me encontré con un ambientazo que jamás, en mi corta vida periodística, había vivido. Eran las 19.30 y aquel que no fuera con algo de color rojo era poco menos que un extraño. Ya fueran jóvenes, mayores o niños. Estábamos a nueve horas de avión del lugar en el que España haría historia apenas tres horas más tarde, sin embargo, la expectación y la ilusión eran inenarrables.

Para mí, Iniesta y Casillas se merecen sendos monumentos. Cada uno en su ciudad natal, Fuentealbilla en el caso del primero y Móstoles (¡¡viva también mi ciudad!!) en el del segundo. El gol fue una explosión de júbilo que acabó con las cuerdas vocales de más de uno, incluidas las de un servidor. No sé si por el calor, la emoción o qué extraña razón, estuve cerquita de derramar la lágrima de la victoria. Creo que algo salió de mis adentros. Imagino que sarán los sentimientos de tantos y tantos antepasados personales que se marcharon sin ver algo como lo que yo he tenido la suerte de vivir. Nunca se sabe, pero esto haré que sea el cuento del abuelo cebolleta para mis hijos. Tal vez no se vuelva a repetir en mucho tiempo…o sí.

PD: ¿Forlán Balón de Oro del Mundial? No tengo nada en su contra pero me parece una vergüenza lo de este organismo llamado FIFA.

PD2: Aunque tenga el librillo viejo y antiguo, o eso dicen, Del Bosque es un pedazo de entrenador. Le pese a quien le pese.