Sin profundizar en datos económicos ni negociaciones en las que es habitual las tiranteces entre club y jugador, sólo puedo decir que el Madrid no se ha portado bien con Sarabia. No le ha dado el trato que se le tiene que dar al que se presupone va a ser tu buque insignia durante los próximos años. Su renovación costó sangre, sudor y lágrimas. Llegó tarde, tanto que el chaval se tuvo que quedar con un palmo de narices en Madrid mientras veía como otros compañeros del llamado ‘juvenil de oro’ se marchaban a hacer las américas con Mourinho al frente. Con todos mis respetos, que Marcos Tébar, un jugador cuya permanencia en Madrid era poco menos que imposible, estuviera en EE.UU y Sarabia estuviera jugando en Palencia y entrenando con el Castilla, fue algo que me sorprendió negativamente. No quiero pensar mal, pero ¿se puede interpretar esa decisión como un castigo hacia el chaval por la tardanza en su renovación? Nunca lo sabremos pero chocar, choca. Y mucho, además.
Hace unos días publicamos en Defensa Central una información en la que se decía que, con las salidas de Drenthe, Guti, Raúl y Van der Vaart el Real Madrid se había quedado en su plantel con tan sólo cuatro zurdos. Y yo me pregunto, teniendo a Sarabia en el Castilla, exquisito zurdo y acreditado asistente de gol, ¿no podría subir a entrenar con el primer equipo? ¿por qué ha habido que echar a Drenthe, poco menos que a patadas, y a Sarabia no se le ha dado la más mínima opción de entrenar con el primer equipo? Y para rizar el rizo, resulta que en los dos primeros partidos oficiales, a Sarabia le toca chupar banquillo con el Castilla ¿Serán todo casualidades? ¿No será que han mareado y enfadado -con razón- a Pablo, que ha abierto los ojos viendo lo difícil que lo va a tener para triunfar en Madrid? Sea como fuere, si Sarabia acaba en Portugal (cosa que todavía está por rematar) creo que el Madrid estaría tirando por el precipicio al diamante que tanto tiempo cuesta encontrar en el mundo del fútbol.
PD: Me gusta el fichaje de D'Or Fischer para la sección de baloncesto. Es justo lo que necesitaba el Madrid: un tipo duro, rocoso, intimidador y reboteador. Si está centrado puede ser el mejor fichaje de la temporada.
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