Iker: eso es ser un capitán

"La historia esa del señorío que se ha vendido no es más que un arquetipo que han utilizado los típicos interesados para darle al Madrid en la cara"


cuandonohaya

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Sin embargo, el pasado martes Casillas alzó la voz. Enfatizo esto porque, repito, jamás había oído quejarse a mi paisano de Móstoles y, la verdad, me sorprendió. Fue una sorpresa positiva, además. Empiezo a estar harto de escuchar a jugadores hablar y decirte con el mismo tono la hora que 'quejarse' por un penalti no pitado. Eso se tiene que acabar. La historia esa del señorío que se ha vendido no es más que un arquetipo que han utilizado los típicos interesados para darle al Madrid en la cara. El efecto boomerang. Como el Madrid es un club señor no puede ni quejarse, ni protestar ni rechistar. Eso sí, le pueden pegar, maltratar, pellizcar e intentar que se desangre porque como es señor no debe quejarse. Una bobada que hasta los propios madridistas se habían tragado. Y eso no es ni fútbol, ni deporte, ni coraje, ni representa la competitividad del Madrid. La caballerosidad es buena. La anestesia, sólo para el dentista.

Volviendo a Iker. Sólo me queda aplaudirle. Si su sentimiento a la salida del partido era de haber sufrido un robo, que lo diga.  ¿Por qué callar? ¿Por qué desviar la atención con frases clásicas y vacías? El capitán se debe a su gente, a sus socios fundamentalmente, que son los que pagan. También a esos millones de personas que defienden a capa y espada al Madrid por todo el mundo sin ganar nada a cambio. De ahí que la postura de Casillas, como máxima representación de la Institución sobre el terreno de juego, tenga toda mi bendición. Hay que decir lo que se piensa y lo que se siente. Eso también es deporte.

 

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