La verdad duele más si la pronuncia Mou

"Una simple queja de Mourinho ha desencadenado un juicio en su contra, con castigo y con futura ejecución incluidos"





Si Mourinho no resultaba simpático cuando no era entrenador del Madrid, pueden imaginarse qué clase de opinión despierta entre los altos cargos de la UEFA ahora que dirige a los blancos. Además de dirigir, ahora que defiende a los blancos de todas las injusticias a las que se tiene que ver sometido. Sin embargo, defender al club madridista se paga, y de qué manera. Ya lo pueden ver.

Mou ha sido siempre un personaje muy polémico, al menos así ha sido desde que inició su etapa como entrenador. En el Chelsea o en el Inter protagonizó ruedas de prensa y declaraciones realmente insólitas, tensas, y con su llegada al Real Madrid la frecuencia de este tipo de desencuentros con la prensa ha crecido de forma alarmante. La ironía del luso se ha elevado poco a poco a la máxima potencia, hasta convertirla en el eje de su discurso. Especialmente cuando se trata de hablar sobre los arbitrajes que recibe el FC Barcelona.

Ya no se trata del carácter del portugués, sino del aguante ante las decenas de provocaciones que ha tenido que soportar por parte de unos y otros. Los encargados de poner orden en España y Europa han hecho todo lo contrario: desordenar el cauce normal de los acontecimientos, provocando no sólo la ironía, sino la ira del entrenador merengue. Tarde o temprano tenía que explotar, y una simple queja de Mourinho ha desencadenado un juicio en su contra, con castigo y con futura ejecución incluidos.

El técnico portugués ha recibido una condena completamente exagerada. Cinco partidos por recordar los favores arbitrales al Barcelona en Stamford Bridge o ante el Inter son demasiados. Si llega a recordar algún otro de los favores que ha venido recibiendo el Barcelona, ¿cuántos le hubieran caído? Unos simples comentarios, unas palabras con una gran carga de realidad han costado más al técnico que acciones realmente antideportivas dentro de los terrenos de juego.


Como si no tuviera bastante con la condena de tener que sufrir a Platini, Villar y los suyos, éstos se empeñan en callar la boca ante cualquier elemento discordante. El Barcelona tenía que estar en la final, y punto. No hay discusión posible. Con esta sanción, la UEFA está limitando la libertad de expresión de Mourinho y por extensión del madridismo, algo que parece un chiste pero que para nada lo es. El fútbol europeo se está convirtiendo en una dictadura en la que Villar y Platini ejercen de Hitler y Mussolini, imponiendo su doctrina de la forma más vil y miserable.

No sé dónde va a termina esto, pero está claro que alguien tiene que poner los puntos sobre las íes de una vez por todas. Ya lo ha intentado Florentino, veremos si le dejan entrar al palco en los próximos cinco partidos…