Kaká, última oportunidad

"Hay un pequeño rayo de esperanza para que el jugador vuelva a ser aquel que ganó el balón de oro con el Milán"


cuandonohaya

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Fue uno de los pilares, junto con el fichaje de Cristiano Ronaldo, de la nueva era de Florentino, esa que tenía que recuperar la ilusión para el madridismo y volver a poner al club en el lugar de donde nunca debió salir, cuestión que en el ecuador del mandato del Presidente, en mi opinión, se ha recuperado en gran medida y se va por la senda adecuada de conseguir lo que nos falta para volver a estar presidiendo el podio del fútbol mundial.

Como bien decía, Kaká era uno de los nuevos estandartes del madridismo hace dos años, hasta el punto que consiguió que más de uno pusiese su nombre en las camisetas del equipo blanco que en aquellos días se vendían como si fueran regaladas (cosa que está claro que no, había que pagar los 72 euros correspondientes por entonces).

La “evolución” del brasileño durante estos dos últimos años todos la sabemos y la hemos padecido de cerca. Las lesiones han estado a la orden del día del jugador, pero también es cierto que nunca ha llegado al rendimiento adecuado, y su preparación ha dejado mucho que desear. Analizar pormenorizadamente cada una de sus lesiones, es doloroso para el recuerdo, por lo tanto no voy a entrar al detalle, pero excepto la del pubis durante la primera temporada, el resto de las que ha tenido se caracterizan más por sombras que por luces. Con un clímax especial cuando finalizó el pasado mundial de Sudáfrica, en donde parece que ya vino lesionado a la pretemporada del equipo, y quizás se hubiera podido evitar no jugando el mundial. Hablo hipotéticamente porque a día de hoy, todavía no me quedó claro contrastando y analizando las opiniones y diagnósticos de los diferentes doctores qué fue lo que realmente pasó.

No me quiero ensañar más con Kaká porque aún creo que hay un pequeño rayo de esperanza para que el jugador vuelva a ser aquel que ganó el balón de oro con el Milán. De momento, hasta la fecha, ha sido una de mis mayores decepciones futbolísticas por la ilusión que había depositado en Él. Ahora está en igualdad de condiciones que el resto, que se sepa no hay lesiones de por medio, le toca empezar de cero. Vamos a ver si a la tercera va la vencida, porque si no lo que está claro es que ya no habrá ni excusas, ni buenas palabras que valgan. Por lo tanto es su última oportunidad para demostrar que está a la altura de poder jugar en el Real Madrid y que no ha resultado un verdadero fiasco para todos nosotros.