Yo no estoy aquí para defender a Casillas ni mucho menos. Más que nada porque pienso que no debe defenderse de nada. Es cierto que abres cualquier red social y los adjetivos más cariñosos que le dedican son “macarra”, “sinvergüenza” o “delincuente”, por citar los más suaves. Sin embargo, yo me pregunto lo siguiente: ¿no tiene Casillas el derecho a decir que se siente ninguneado? ¿no puede decir que hay jugadores en otro equipo que simulan faltas como si les hubieran roto la pierna? Sólo faltaba que por ser un tipo con una trayectoria intachable no pueda quejarse. Faltaría más. Con esto lo que hacemos es alimentar a los clásicos bocachanclas que, precisamente, viven sólo de eso, de la boca más que de sus piernas sobre el terreno de juego.
Con todo lo que se le está criticando a Casillas y no he oído a nadie todavía arremeter contra Xavi por calificar al Madrid de “patético” ¿Esto no es faltar el respeto? ¿Esto no es de macarra de barrio? Seamos justos y hablemos con propiedad. Los mismos que llaman a Casillas la cantidad de tonterías que le han llamado deberían hacer exactamente lo mismo con el capitán del Barcelona ¿Por qué no se hace? No lo sé. Lo que sí tengo claro es que si hay una persona en el mundo del fútbol a la que no se puede calificar con adjetivos despreciables como los comentados anteriormente ese es Iker Casillas. Estamos en ese punto en el que todo vale y ya no se salva ni el mejor portero de la historia de nuestro deporte. Así nos va.
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