Algo huele mal en Can Barça

"Espero que algún día salgan a la luz todos esos trapos sucios que, como a Mou, a mí también me huelen muy mal"


cuandonohaya

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Y es que, empezando por el partido del Bernabéu, todos vimos con claridad cómo Teixeira Vitienes minó la moral de los blancos. Sin escándalos, gota a gota, poco a poco, fue arañando ventaja para los azulgrana. Cortando cada balón recuperado por el Madrid con faltas, guardándose amarillas para los culés y perdiendo el culo por mostrarlas a los madridistas. Un continuo goteo que aún así no evitó el baño de fútbol que dieron los de Mourinho. Y un goteo que se convirtió en chaparrón con el penalti de Valdés sobre Cristiano, más allá de la posterior acción entre Marcelo y Pedro. Señalar la pena máxima en esa jugada hubiera supuesto un nuevo escándalo que no favorece los intereses del Villarato; sólo por eso quedó sin señalar, era demasiado evidente.

En el Camp Nou, la cosa no fue distinta. Recuerdo dos jugadas prácticamente consecutivas e idénticas en las que Khedira e Iniesta sufrieron castigos muy distintos, sólo por poner un ejemplo. Pero no se trata sólo de hablar de árbitros. En líneas generales, creo que no fueron lo más decisivo en la derrota del Madrid. Con más puntería, los blancos habrían ganado pese a la labor bien estudiada de los colegiados. Y pese a las continuas provocaciones y teatrillos de los azulgrana, más pendientes de crear conflictos que de jugar al fútbol.

Otro aspecto que llama la atención es el hecho de que Cesc pudiera jugar sin licencia federativa un torneo que organiza la RFEF. Con permiso de la LFP y su DNI. Supongo que si lo hizo es porque le dijeron que no había ningún problema. La permisividad con el FC Barcelona jamás lo es, muy al contrario que con los demás. ¿Qué habría pasado si el caso se diera en el otro lado? ¿Alguien no habría puesto el grito en el cielo? Por otra parte, resulta gracioso que precisamente fuera una entrada sobre Cesc el desencadenante de la tángana final.

Aunque, realmente, el desencadenante fue otro. La salida al campo en tromba de un grupo de orcos sedientos de carne madridista. Los primeros, Guardiola y Vilanova. Y luego hablan de dar ejemplo. Hubo permisividad para Messi, que escupió a los pies de Mou, provocó al banquillo del Madrid y se lio a empujones con Coentrao por recriminárselo; para Villa, que golpeó e insultó a Özil, que encima vio una injustísima roja; para los dos técnicos azulgrana, que insultaron y faltaron al respeto escudados en su falsa humildad. El problema es que, como no existe una campaña mediática desfavorable hacia el Barcelona, todo esto no ha podido demostrarse.


Da la casualidad que enseñar esas imágenes supone dar una mala imagen del fútbol español. Todas las acusaciones negativas hacia el Madrid sí tienen imagen. Al contrario no. Y el Madrid, nuevamente es el malo de la película. Para Xavi, “lamentable”; para Piqué, una “lacra”. No, señor, la única lacra de este país son ellos. Ellos, que llevan ya años robando títulos a mano armada, no sólo en España sino también en Europa, con el permiso de Villar y Platini. Si tienen suficiente fútbol en sus botas, ¿Por qué tantas ayudas?

Todo lo dicho tras la Supercopa es fruto de la manipulación que se ha hecho para desprestigiar a los blancos. Es todo una campaña para que la gente no recuerde que el equipo dirigido por un demonizado Mourinho dio una lección de fútbol al todopoderoso Barcelona. ¿Por qué? No lo sé, de momento, pero espero que algún día salgan a la luz todos esos trapos sucios que, como a Mou, a mí también me huelen muy mal.

 

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