El actor secundario se hace protagonista

"Si algo caracteriza al Di maría actual es su capacidad camaleónica de representar cualquier papel, de cumplir con cualquier cometido"


cuandonohaya

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No ha cogido el ascensor. Di María se ha aupado al escalón de los imprescindibles a pie, corriendo, como siempre hace. Reconozco que cuando el argentino llegó del Benfica a la capital de España, yo fui uno de aquellos que auguraba un nuevo ploof . Aunque los informes se empeñaran en decir lo contrario, yo (como muchos), no imaginé que ese futbolista del argentino con aspecto pueril y de carácter reservado, pudiera soportar la presión de jugar un papel importante en el Real Madrid.

Su progresión ha sido constante, por eso quizás nadie (incluido él), se ha dado cuenta de la relevancia que tiene en el actual líder de la Liga. El argentino ya demostró en pretemporada que su confianza estaba intacta, a pesar de las buenas actuaciones que  venía realizando José Callejón. El extremo se incorporó tarde al grupo, venía de jugar la Copa América y el cansancio o el miedo a la competencia no hicieron mella alguna en él. En el primer partido que jugó, creo recordar que en la gira asiática, dio una asistencia de rabona a Jesé. Ahí quedaba eso.

Desde su desembarco en Chamartín, el argentino ha asimilado a la perfección las órdenes tácticas de Mourinho. Su trabajo defensivo es innegable y su forma física, extraordinaria. Pero si algo caracteriza al Di María de esta temporada, es su capacidad camaleónica de adaptarse a cualquier posición, de representar cualquier papel, de cumplir con cualquier cometido.

Las circunstancias de varios partidos han requerido que el argentino desempeñe funciones variadas. En principio, su labor es la de incidir por el flanco derecho, de contribuir en la transición letal defensa-ataque propia de este Real Madrid, en hacer que los contragolpes sean letales. Hasta ahí, perfecto.


Pero el papel de Di María no se limita únicamente a eso. Lo vimos en el Sánchez Pizjuán. Cambia su posición sin cesar, rinde en ambas bandas, incluso se gusta jugando como enganche. El argentino se disfrazó de Özil, de Kaká y de Xabi Alonso en la primera asistencia a Cristiano. Para no perder la costumbre, ‘el Fideo’ regaló el segundo a Callejón. Lo más difícil ya estaba hecho. La aportación del argentino es fundamental cuando se trata de abrir defensas contrarias, de noquear al rival. Y es que su promedio es espectacular. Di María lleva 14 pases de gol en los 14 encuentros que ha disputado en Liga, una asistencia por partido.

No sería justo pasar por alto su implicación. Di María sufrió la pérdida de un ser querido (su suegro) y actuó con la máxima profesionalidad. El jueves estaba reunido con sus más allegados en unos momentos difíciles y el sábado estaba preparado para rendir en Nervión.

El argentino no sólo se ha aprendido el guión del mediapunta y de los extremos, también sabe recitar las frases de artillero. En Sevilla volvió a mojar, pero Di María no rehúsa ninguna responsabilidad y ha abierto el marcador en dos encuentros complicados lejos de Chamartín, como fueron el debut del equipo blanco en la Champions en Zagreb y la reciente visita liguera a El Molinón.

Y aunque no sea amigo de celebraciones excéntricas y se muestre introvertido y callado ante las cámaras, el protagonismo ha llamado a su puerta. Los flashes tienen un nuevo objetivo. Ángel Di María, en su segunda temporada en el Real Madrid, con tan sólo 23 años y con el eterno dibujo del corazón cada vez que anota, se ha convertido en un actor principal, en todo un protagonista.

 

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