Mourinho tiene el tiempo en sus manos

"Estoy seguro de que el portugués estará el tiempo suficiente para dejar su huella imborrable en este club y que no se irá sin haber corregido su errático rumbo"


cuandonohaya

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Nos encontramos en Navidades y eso es sinónimo de tedio y falta de informaciones para la prensa, especialmente la deportiva. En estas fechas el mundo del deporte se para mientras las rotativas siguen produciendo al mismo ritmo habitual, por lo que los medios están obligados a rascar, a escarbar donde prácticamente no hay nada. Por eso, que Mourinho hablase hace unos días para la televisión británica prometía ser un oasis en un desierto de papel y tinta seca. No había más que coger sus palabras por el lado más polémico, llevarlas y al extremo y... ¡voilà!. Habría una estupenda portada al día siguiente en la que se intentaba desestabilizar al Real Madrid.

Yo no voy a ser el que niegue que Mourinho pecó de cierta candidez al tomarse a la ligera un asunto que es prácticamente una cuestión de Estado. En una conversación distendida con Sebastian Coe comentó que en el futuro le gustaría entrenarde nuevo en Inglaterra. Bastó con un error de traducción (él dijo "a couple of years, una expresión de tiempo indeterminada que en España se convirtió en "un par de años") para armar el belén. El portugués bajó la guardia, no profundizó mucho en esto y lo dejó en el aire, dejando que los que quisieran se apropiaran de sus palabras para moldearlas a su gusto.

Así que lo de los días de después ha sido una sucesión de críticas hacia el entrenador madridista, llegándose incluso a insinuar que no está a gusto en el club y que no está implicado en su proyecto. Desde la prensa catalana algunos han corrido para pregonar a los cuatro vientos la supuesta inestabilidad del proyecto de Mourinho, preocupados como están de ver que, por una vez desde la época de Del Bosque, este club tiene muy claro cuál es el camino que tiene que seguir. Para los medios pro-culés que Mourinho no le jure amor eterno al Madrid es algo criticable, mientras que a Guardiola le tienen en un pedestal a pesar de que es incapaz de asegurar su continuidad a más de un año y medio vista.

 


Pep seguramente renueve el mes que viene hasta junio de 2013. En cambio, Mourinho firmó hasta junio de 2014. Así que me pregunto ¿qué proyecto es más estable? Es evidente que el Barcelona lleva ya cuatro temporadas con su entrenador, pero también lo es que su fecha de caducidad es anterior a la del madridista. El propio Guardiola lo admite en privado, pues en abril pasado un periodista de la RAI italiana sacó a la luz estas declaraciones del catalán en 'petit comité': "mi tiempo en el Barcelona se está acabando. Estoy muy bien aquí pero cuando estás mucho tiempo en un club como este no es posible seguir mucho más. Tú tienes que entender cuando es tiempo de irte. Igual que cuando era jugador hubo un momento en que comprendí que debía salir".

Por eso, que ahora en Barcelona se echen las manos a la cabeza por lo que ha dicho Mourinho es curioso. En el Barça se vive permanentemente en el alambre, con el corazón en un puño cada diciembre ante la duda de si Guardiola estará lo suficientemente cómodo para seguir. En cambio, Mourinho está a estas alturas con un contrato a dos años y medio vista. Y, por si hacía falta, se ha encargado de aclarar en una entrevista al club lo que realmente quiso decir en la BBC. Que él está implicado en el proyecto del Real Madrid, que está seguro de cumplir cuatro años en el club si los resultados le dejan. Que él no ve un lugar mejor en el que estar que en el mejor club del mundo.

Yo en ningún momento he dudado de Mourinho. Soy consciente de que los tiempos de Miguel Muñoz ya pasaron y que en España "entrenador" no significa lo mismo que "manager" en Inglaterra. Tengo claro de que este club disfrutará de este entrenador un puñado de años, de que esta historia será más breve de lo que muchos desearíamos. Pero también sé que mientras esté aquí, Mourinho dará el máximo y sacará el 110% de sus jugadores y de las posibilidades del Real Madrid. Estoy seguro de que el portugués estará el tiempo suficiente para dejar su huella imborrable en este club y que no se irá sin haber corregido su errático rumbo para ponerlo en el camino del que descarriló en el verano de 2003. Así que olvidémonos de las contaminaciones externas y preocupémonos de cuidar a este entrenador, porque si lo hacemos, la suya será una historia lo suficientemente larga como para marcar una época en el club.

 

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