Mourinho no es eterno

Si el portugués desea marcharse a final de temporada, ni Florentino Pérez ni todo el madridismo en bloque podrán hacer nada para impedirlo.





Y, amigos míos, este negocio no funciona así. Mourinho es tan solo un excelente profesional que se deja los cuernos por el club que le paga, que ahora mismo es el Real Madrid. Por este equipo se ha partido la cara hasta las últimas consecuencias, tanto para lo bueno para lo malo. Pero eso no significa que el portugués sea tan madridista o más que, por ejemplo, todos los que componen la redacción de DC. Cuando a Mourinho le apetezca embarcarse en otro proyecto profesional, ni Florentino Pérez, ni el espíritu de Santiago Bernabéu ni el madridismo en bloque podrán hacer nada para retenerle.

Porque para estas cosas Mourinho es así: si un día le entra el capricho de entrenar al Chelsea, no tendrá problema en dejar al Oporto aún habiéndole hecho campeón de Liga y Champions. Y pese a llevar alInter de Milán hacia el momento más álgido de su historia, no se le cayeron los anillos al anunciar que se iba al Real Madrid dos días después de proclamarse campeón. Y, si este verano, el Chelsea, elArsenal o el que sea le hace a Mourinho una oferta que le sea de su agrado, no tengan la menor duda que cogerá las maletas para irse de nuevo a la Premier.

Y ahora que al portugués le han cazado en la capital inglesa buscando una nueva casa, ya hay madridistas preocupados con la posibilidad de que su gran ídolo se vaya. Y yo les pregunto: ¿y qué pasa si se va?, ¿será el fin del mundo?, ¿el Real Madrid estaría entonces abocado a la desaparición? Mourinho, aunque a mucho les pese, es un protagonista más de los muchos que ha tenido este club a lo largo de sus casi 110 años de historia. A lo largo de este tiempo pasaron por el club grandes jugadores como Di Stéfano Zidane, Puskas, Santillana, Butragueño, Hugo Sánchez o Cristiano Ronaldo, y también grandes entrenadores como Miguel Muñoz, Vicente del Bosque, Leo Beenhakker, Capello o el propio Mourinho. A este último le llegará también su momento de irse. ¿Y qué pasará entonces? Simplemente que la vida seguirá su curso normal en el Real Madrid.

Porque si Mourinho decide marcharse este verano (algo que, a tenor de las imágenes del Daily Mirror, parece que puede suceder), no habrá ningún motivo para que los madridistas se pongan a llorar y a patalear en el suelo como si les hubieran quitado su juguete más preciado. Cuando llegue el momento de la despedida del portugués, se le dará las gracias por su trabajo y se pensará en el futuro. Ya vendrá otro entrenador que, con sus ideas, tendrá el respaldo del madridismo. Ya habrá jugadores que seguirán escribiendo páginas gloriosas en la historia de este club. En definitiva, que con Mourinho o sin él, el Real Madrid no perderá ni un ápice de su grandeza. La historia es lo único eterno que tiene el Real Madrid, y ni Mourinho ni nadie puede desdecir este principio.