Y es que el Real Madrid va camino de hacer una liga prácticamente perfecta. Los blancos sólo han perdido 8 puntos en lo que va de campeonato y caminan hacia la conquista de un campeonato que será recordado durante mucho tiempo. El madridismo se tiene que sentir orgulloso de un equipo, que por encima de un gran juego o de una tremenda capacidad goleadora, demuestra un espíritu de lucha y de superación fuera de toda duda.
Muchos dudaban de este equipo cuando a mediados del mes de Septiembre los blancos pinchaban ante Levante y Racing, y más dudaron aún cuando el Barcelona ganó en el Santiago Bernabéu. Lo cierto es que el equipo se supo sobreponer de aquel golpe y acumula ya 10 victorias consecutivas. Probablemente, y quizás se me llame exagerado, estemos ante el mejor Madrid desde la quinta del Buitre.
Bien es cierto, que a este equipo le falta refrendar su gran trabajo con títulos, pero a poco bien que vayan las cosas todo indica que los trofeos no tardarán en llegar a las vitrinas de Chamartín. En los últimos 15 años, el Real Madrid ha ganado 3 copas de Europa y unas cuantas ligas, pero esos equipos, ni mucho menos daban la sensación de solidez y brillantez que da éste, partido tras partido.
El Real Madrid de la séptima, la octava o la novena tenía grandes individualidades (Mijatovic, Zidane, Raúl, Figo, Roberto Carlos, Redondo....) y era capaz de dar lo mejor en partidos concretos, en encuentros donde el equipo se jugaba el ser o no ser a una carta. Sin embargo, en el campeonato de liga, ahí donde tienes que demostrar una gran regularidad, el Real Madrid se desenchufaba muy a menudo. Por eso veo a este equipo merengue como uno de los mejores de la historia; por su capacidad de sacrificio, por su instinto matador, por salir siempre al máximo en todos los partidos, y por supuesto por su gran fútbol. Ante este panorama, el Madrid debe dar un golpe en la mesa y levantar Liga y Champions. El madridismo se merece un doblete histórico que no se consigue desde la temporada 1957-1958.
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