Un derbi para cerrar bocas

"Todo aquél que tenga un par de dedos de frente tiene que llegar a la conclusión de que tanto ante el Málaga como ante el Valencia el Real Madrid mereció llevarse los tres puntos"


cuandonohaya

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Porque una rama del periodismo, liderada principalmente por el Sport y El Mundo Deportivo,  lleva durante las últimas tres semanas contaminando el panorama futbolístico nacional con portadas en las que, de manera equivocada, intenta convencer a su parroquia de que el Madrid ha entrado en una deriva tal sólo comparable a la del Titanic hace justo ahora cien años. ¡Y ahora a la mala suerte se le llama nerviosismo! Salvo el tropiezo en Villarreal, en donde los de Mourinho ciertamente firmaron un partido lamentable (con un final digno de una película de los hermanos Marx), el equipo no ha perdido la fortaleza física, futbolística y mental que le ha caracterizado a lo largo de la temporada.

Todo aquél que tenga un par de dedos de frente tiene que llegar a la conclusión de que tanto ante el Málaga como ante el Valencia el Real Madrid mereció llevarse los tres puntos en ambos envites. Que los Benzema, Cristiano Ronaldo, Di María y compañía fallen ocasiones de gol no significa ni que el equipo ande ni desquiciado ni acongojado por la remontada de un Barcelona que parece haber recuperado el pulso a la competición en el último mes y medio. Nadie dijo que ganar la Liga iba a ser un paseo, y menos ante el que muchos consideran el mejor equipo de la historia del fútbol. Yo mismo advertí hace unas semanas que llegar al partido del Camp Nou con cuatro puntos de ventaja sobre los de Guardiola sería suficiente para los de Mourinho. Toda la presión sería para el Barcelona, que de no ganar vería así lapidadas todas sus opciones de conseguir el título.

Pero para que se cumpla este supuesto urge dar un golpe encima de la mesa esta noche en el Vicente Calderón al estilo del que se dio hace dos semanas ante Osasuna en el Reyno de Navarra. Sólo así los agoreros nacional - barcelonistas dejarán de tener sueños mojados con la posibilidad de que el Barcelona salga del clásico de dentro de diez días como líder de la Liga BBVA. Está claro que la campaña propagandística para que el Barcelona acabe siendo campeón no va a cesar de aquí al final de temporada sea cuál sea el resultado ante el Atlético de Madrid. Pero, al menos, los de Mourinho se darán el gustazo de demostrar que, pese a tener a gran parte del entorno mediático en contra, son los grandes merecedores del título esta temporada. Y al que le moleste, que se chupe el dedo…