94 millones muy bien invertidos

"Marcar el 0-4 de un partido que acaba 0-6 apenas tiene valor, pero echarse el equipo a la espalda cuando sufre, y marcar los goles de la victoria, no tiene nada que ver. Ahí se marcan las diferencias"


cuandonohaya

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Meter 40 goles en Liga en una temporada ya fue todo un éxito, pero repetirlo y casi seguro superarlo al año siguiente es de auténtico escándalo. Es algo a la altura de muy pocos. Sólo los verdaderos cracks tienen esas metas a su alcance, los buenos jugadores no llegan ni siquiera a imaginarlo. Cristiano es una auténtica bestia y para el Real Madrid es un lujo tenerle en sus filas y viceversa. La exhibición del Calderón en un día discretito de alguno de sus compañeros no hace sino confirmar que si el motor se para, el Madrid tiene fuerzas de flaqueza. Tiene a su Robin Hood particular para sacarle del apuro. Eso es lo que se le pide a los grandes, ya que marcar el 0-4 de un partido que acaba 0-6 apenas tiene valor, pero echarse el equipo a la espalda cuando sufre, y marcar los goles de la victoria, no tiene nada que ver. Ahí se marcan las diferencias.

Ahora Cristiano tiene ante sí una serie de retos que de superarlos le coronarían como Rey de la temporada, aunque algunos se empeñen en empequeñecer sus méritos y en tirar por la borda sus registros anotadores. En primer lugar el clásico liguero ante el Barcelona. Si el Madrid gana en el Camp Nou sentenciará la Liga y Cristiano debe ser importante en ese envite. El doble enfrentamiento ante el Bayern de Múnich también tendrá su miga. Europa es un escaparate ideal para ello, y tener delante a Robben o Ribery permitirá al madridismo darse cuenta de que Florentino eligió bien entre fichar a CR7, mantener al holandés o comprar al francés. Todos no cabían, demasiado gallo en el mismo corral. Y, por último, además de la Eurocopa, está la finalísima de la Champions. Ahora mismo, Cristiano es querido por el madridismo, muy querido. Sin embargo, anotar el gol de la victoria en el Allianz Arena ante Barcelona o Chelsea le haría ser venerado por la afición. El mejor ejemplo de que no se puede cuestionar a Cristiano es que no se ha escuchado a nadie hablar de los 94 ‘kilos’ que costó en su momento. Caro, sí. Rentable, por supuestísimo.

 

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