El enésimo fracaso con los descartes

"No es de recibo que un jugador como Altintop cobre 3 millones de euros tras jugar apenas 600 minutos en toda la temporada"


cuandonohaya

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Y es que pasan los años y el Real Madrid sigue encontrándose el mismo problema en cada pretemporada con los descartes. O una de dos: o los jugadores se agarran como clavo ardiendo a sus contratos para obstaculizar su salida, o bien hay una dejadez preocupante en el equipo blanco en este tema. Ya sea con Mourinho de entrenador, con Pellegrini, e incluso remontándonos ya a la época de Del Bosque, a finales de agosto al Madrid siempre le entran las prisas para dar una salida desesperada, barata y chapucera a sus jugadores descartados. Y eso, en un club como el de Concha Espina en pleno siglo XXI, no puede seguir siendo así.

A mí, personalmente, me cuesta creer que al club no hayan llegado ofertas por los Kaká, Carvalho, Lass, Gago o Altintop, todos ellos jugadores contrastados e internacionales con sus respectivas selecciones. Pero voy a hacer un acto de fe y voy a creer que eso es así. Entonces, ¿cuál es la raíz del problema del Madrid con sus descartes? Los salarios desorbitados de sus jugadores. No es de recibo que un jugador como Altintop cobre 3 millones de euros tras jugar apenas 600 minutos en toda la temporada. Como tampoco es normal que Sahin pase a ganar de golpe 5 millones de euros en su primer contrato firmado con el Real Madrid. Como tampoco lo es el caso de Canales, que empezó a percibir 1,5 millones de euros por temporada en su primer año como madridista pese a llevar poco más de 20 partidos en Primera División. Y lo de Kaká es caso aparte: 10 millones de euros por temporada que, ni por rendimiento ni por la participación continuada del jugador están justificados.

Sé que algunos me tacharán de oportunista por sacar a colación este tema con la que está cayendo en España. Pero el Real Madrid, como todo en la vida, tiene que evolucionar con los tiempos, y para garantizar no sólo una salida de sus descartes, sino también su sostenibilidad económica, no le queda otra que aplicar una política salarial más acorde a los tiempos que corren. Porque si en la vida real es imposible que un trabajador que le eche 25 horas a la semana cobre más que otro que, por hacer exactamente lo mismo, curre sus 40 horas, tampoco lo es que alguien que juegue, digamos, 2000 minutos a lo largo de una temporada (casos de Di María o Callejón), reciba la mitad de salario respecto a otro que tan solo ha jugado 620 minutos (los casos mencionados de Altintop y Sahin). Sólo en el fútbol se ven casos como estos. Y si el negocio quiere subsistir, más le vale cambiar esta dinámica.