Estreno con derrota y con lección

Si alguien tenía dudas de cómo entraría el Castilla en su debut ante un ex de Primera en Segunda División debió perderlas viendo la salida del equipo de Toril. Y es que los blancos se manejaron con suficiencia, a pesar de que veteranos del balón como Senna, Uche o Mellberg intentaron marcar territorio desde el comienzo. Cada uno a su manera. Aunque el Castilla no se amedrentó.

Sin un dominador claro de la pelota, los de Toril sí que mostraban un punto más de velocidad en varios de sus jugadores en comparación a sus oponentes. Ahí se dejaban ver velocistas como Jesé y Denis, a los que el Villarreal sólo podía atrapar echándoles un lazo. Con un centro del campo fuerte, Mosquera y Álex se sobraban para contener a un Villarreal que salió sin ritmo y falto de tensión. Igual demasiado. Eso lo aprovechó el Castilla para generar una de sus veloces estampidas con las garras bien afiladas. De hecho, un balón en largo buscando la carrera de Óscar Plano acabó en penalti a favor de los merengues. Entre Mellberg, Juan Carlos y alguna posible mano le despertaron al árbitro la duda sobre lo punible de la jugada. Fuera por una u otra cosa, el caso es que el Castilla tenía la opción de adelantarse en el marcador. Jesé asumió la responsabilidad de intentar marcar el primer gol de la temporada oficial. Y no falló. Engañó el portero con un golpeo raso cerca del palo izquierdo de Juan Carlos, que voló en dirección equivocada. El novato se adelantaba ante el favorito. Y no era injusto que sucediera.

Con el paso de los minutos, el Villarreal intentó presionar más al Castilla. Siempre con el riesgo de que Denis, Juanfran o Jesé engancharan alguna de sus vertiginosas carreras que pudieran desnudar a la zaga local, el equipo amarillo logró acercarse a la meta de Mejías. Uche dio un aviso con un remate dentro del área que parecía más fácil meter que estrellar contra la publicidad. Sin embargo, ese ‘casi’ se convirtió en realidad en los últimos instantes de la primera parte. Un saque de esquina se convirtió en penitencia para el Castilla, pues Cavenaghi encontró el hueco justo entre las manos de Mejías y la pierna de Juanfran para hacer realidad el empate, en una jugada en la que la defensa del Castilla estuvo falta de energía. Defender el balón es una de las asignaturas pendientes del primer filial blanco desde el pasado año, una asignatura que será obligatoria aprobar en Segunda División.

El paso por vestuarios permitió ver a un Villarreal algo más enchufado al partido. Es como si el técnico le hubiera repetido a sus jugadores que con el escudo y el nombre se gana. No lo estaban haciendo, así que al Castilla le tocó ponerse el mono de trabajo para defender las acometidas del equipo local. Eso sí, siempre devolviendo los golpes con algún susto, como un cabezazo de Fabinho que se marchó alto por poco, o un remate de Álex Fernández que salió mordido aunque no muy lejos del marco.

Sin ser súper claras, el Castilla había tenido sus opciones. El Villarreal dominaba el balón, pero tampoco hacía temblar a Mejías, porque apenas conseguía generar peligro. Eso sí, hasta que Cavenagui se sacó un golazo desde fuera del área merced a un zurdazo tras un error en la salida de la pelota de Denis. El argentino taladró la portería blanca haciendo sangre de un error en el centro del campo al intentar comenzar a jugar el balón desde atrás. Fue la segunda enseñanza de la noche, que cualquier fallo en esta categoría es sinónimo de mucho peligro. Y si el rival es de los grandes, de gol. Ese gol de Cavenagui decidió el partido y le mostró al Castilla que el camino por la Segunda División es espinoso y trabado. Lo mejor para los de Toril es que no desentonaron, y que sólo dos errores corregibles le sirvieron al máximo favorito al ascenso para tumbarles. Trabajo y reflexión para la semana, que el sábado hay mini derbi ante el Barcelona B.

Fotografía de portada: villarrealcf