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Parecía que Estrada Fernández iba a imponerse ante el juego sucio del Atlético de Madrid después de que apenas a los cinco minutos de partido sacase la primera tarjeta amarilla a Koke. Sin embargo, con el paso de los minutos el listón del colegiado fue bajando y la intensidad rojiblanca subiendo.
Las patadas se sucedían y el árbitro las permitía, salvo en contadas ocasiones, una de ellas a Siqueira, que vio su primera amonestación. Sin embargo, ya en la segunda parte, el lateral rojiblanco se hinchó a dar patadas y Estrada Fernández no se atrevió a expulsarle cuando lo merecía, pero Simeone fue más rápido y le acabó sustituyendo.
Pero lo peor estaba por llegar, ya que en la recta final del partido Estrada Fernández le robó un penalti al Real Madrid por una mano más que clara de Mario Suárez dentro del área. El colegiado se hizo el loco y pasó de pitar la pena máxima que podría haberle dado el triunfo al club blanco.
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