El espíritu de Raúl

El Real Madrid es más goleador sin el 'siete', pero cuando no está el capitán echa de menos su carácter







Ante el Numancia, el madridismo volvió a dividirse con el tema que le mantiene ocupado desde hace varios meses: Raúl. El capitán fue suplente, a causa de sus molestias en el tendón de aquiles en el partido liguero, algo que no acontecía desde la jornada 9 de la pasada temporada, ante el Deportivo. Y el Madrid, como ya sucediera en la vuelta de la Supercopa ante el Valencia, vio puerta con más claridad sin él sobre el césped. Los años no perdonan, ni siquiera a un crack como Raúl...

Pero el equipo, ante el Numancia este pasado domingo, le echó de menos. La ascendencia que Raúl mantiene sobre el resto de sus compañeros es inmensa y su carácter sobreestimula a los que le rodean. No escatiman en esfuerzos sólo para no dejar abandonado a su capitán. Y cuando no está sobre el césped, no hay nadie que asuma ese papel. Guti, otro canterano de gran carácter, no parece saber transmitirlo positivamente, mientras que ante los sorianos el hecho de que Cannavaro, Heinze y Ramos, tres futbolistas de armas tomar, no jugasen también influyó en la poca continuidad que tuvieron los de Schuster.

Toda vez que Raúl ya no es aquel joven canterano que desquiciaba a las defensas con su olfato goleador, su tremenda participación en el juego ofensivo del equipo y su trabajo a destajo, ahora sólo queda que sigue siendo el escudo del Real Madrid sobre el campo, el sacrificio y el pundonor en pos del objetivo, el motivador de la plantilla que es capaz de llevarla en busca de los imposibles. Porque el relevo goleador puede tomarlo perfectamente un Higuaín que en cuanto abrió el melón vio que quería más tajadas y se está convirtiendo, por méritos propios, en el hombre que tomará el testigo del mítico dorsal "siete" del Real Madrid, como antes lo hiciera Raúl con Butragueño, y antes éste con Juanito.

Un equipo más goleador frente a un once más trabajador y cooperativo. El debate que se abre es, como cualquiera que tiene en Raúl el epicentro del mismo, apasionante. Pero el que tendrá que resolver la papeleta es Schuster, a sabiendas que, decida lo que decida, el madridismo estará dividido acerca de si le acompaña o no la razón.