Los veteranos del Madrid caen en la Masters Cup de Egipto

Semifinal: R.Madrid 2-3 FC.Barcelona





El equipo de veteranos del Barcelona FC logró pasar hoy a la final de un torneo que se disputa en la capital egipcia tras derrotar al Real Madrid por 3-2 en un partido con gran compañerismo, muchos sudores y algunas quejas por el arbitraje. El partido, que se disputó en medio campo con dos tiempos de 30 minutos cada uno, fue de dominio compartido, con un control de la pelota mayor para el Real Madrid pero con gran capacidad de reacción del Barcelona.

El marcador lo abrió para el Barcelona, en el minuto 20, Luis Carreras, tras un error garrafal del portero madridista, Pedro Contreras, que quiso entretenerse demasiado con la pelota y al final la perdió. Pero antes de que se cumpliera el siguiente minuto, y tras un penalti a un delantero del Real Madrid, Rafael García Cortés consiguió el empate con un disparo a la izquierda de la portería.

Poco después, en el minuto 22, el Barcelona anotó de nuevo, con un tiro de Luis Milla tras recibir una pelota muy bien colocada por Ángel Cuéllar. En el minuto 25, Cuéllar volvió a anotar para el Barcelona con un tiro cruzado que dejó desarmado a Contreras, y el último tanto, el segundo del Real Madrid, lo marcó en el minuto 38 José Emilio Amavisca, uno de los jugadores madridistas más destacados, en una jugada en solitario ante el portero.

EL ÁRBITRO LA LIÓ

Aunque amigos entre ellos, hubo jugadas duras de una y otra parte. El árbitro egipcio castigó con cuatro tarjetas amarillas al Barcelona y con tres al Real Madrid. No parecía que las cuentas estaban muy claras, porque tras una de las tarjetas del Barcelona surgieron gritos desde el banquillo del Real Madrid porque el árbitro, según decían, no se había dado cuenta que la recibida por Javier Mulero Villena era la segunda amarilla, lo que implicaba expulsión.

"¡Ese pelao ya estaba con tarjeta! ¡Aquí nadie lleva el control!", se oyó desde el banquillo madridista, mientras el árbitro auxiliar insistía en que era la primera tarjeta amarilla de Villena. Al final hubo una tarjeta roja, recibida por Cuéllar, aunque el Barcelona intentó una maniobra de despiste para reemplazar inmediatamente al jugador, como si no hubiera pasado nada. "¡Qué caradura!", volvieron a decir desde el banquillo madridista.